Un estudio de la Universidad de Costa Rica criticó el uso de un aditivo en el asfalto que se colocó en las reparaciones de la ruta a Limón, pues los resultados no demostraron que ese componente garantice mayor durabilidad de la vía.
Los datos constan en un análisis del Laboratorio de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme), que fue entregado en junio a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
Ante consultas de La Nación , Luis Guillermo Loría, del Programa de Infraestructura del Transporte del Lanamme, dijo que el polímero agregado a la mezcla asfáltica de la ruta 32 no necesariamente garantizará una mayor resistencia, durabilidad o menor riesgo de deformación de la vía.
“Hubo un error del diseñador de la mezcla en usar una mezcla modificada (con el polímero) sin hacer ensayos especiales de previo a su uso, por lo tanto, no hay justificación real del uso de este material”, declaró Loría.
La razón. El componente se agregó en dos de las tres capas de asfalto que tiene la ruta 32, en el tramo de tres kilómetros que hay entre el periódico La República (Tournón) y el puente cercano al estadio Ricardo Saprissa, en San Juan de Tibás.
El aditivo se añadió sobre la marcha, cuando los responsables de la obra se percataron que el suelo de la vía es muy heterogéneo, ya que en algunas partes hay arcilla y más riesgo de deformaciones.
Agregar el polímero encareció el proyecto en un 15%, según estimó el ministro de Obras Públicas, Pedro Castro. El plan original estaba valorado en ¢2.600 millones.
Sin embargo, el Lanamme hizo pruebas de deformaciones permanentes con la mezcla asfáltica original y la que tiene el polímero. Los resultados fueron prácticamente iguales.
En cuando al daño por humedad, las pruebas no son concluyentes para determinar cuál mezcla es más favorable.
Por último, en las evaluaciones de agrietamiento sí se demostró que la mezcla con el polímero reveló mejor resistencia.
Según Loría, la mezcla modificada resulta mucho más cara, pues tiene un polímero que encarece los costos y porque tiene un porcentaje mayor de asfalto.
El ministro del MOPT, Pedro Castro, aceptó los estudios de laboratorio, pero dijo que no comparte las conclusiones.
Aseguró que el uso del polímero se justifica, pues las pruebas a largo plazo sí habrían demostrado que hará la vía más resistente a la humedad y a los agrietamientos.
Por último, el Lanamme no descarta que a futuro ocurran deformaciones en la superficie de rodaje, producto de los suelos heterogéneos del trayecto.
Según el Laboratorio, “se pudo haber planificado una estabilización mayor a la que se hizo”.
Empero, las soluciones propuestas se plantearon hasta que la empresa responsable del proyecto –Hernán Solís– empezó a remover la deteriorada losa de concreto y encontró suelos arcillosos.
El Lanamme advirtió que las pruebas realizadas en la vía “no pretenden generalizar los resultados a todo el proyecto”.