Desde la acera, en la avenida nueve en San José, lo único que se observa es un lote baldío con el zacate alto, bolsas plásticas y basura.
Sin embargo, pocos metros más adentro hay decenas de cuevas que los ladrones y los indigentes cavan para ocultarse de la Policía y atisbar a los despreocupados peatones.
Según la Fuerza Pública, esta nueva estrategia engaña a los transeúntes, pues desde la calle no se ven casuchas, ni latas de cinc o los cartones de un rancho, parece un lote desocupado.
Estas cuevas tienen unos 60 centímetros de alto, y apenas hay espacio para que la persona entre arrastrándose. Se cubren de la lluvia con latas y cartones y luego camuflan la cueva con el zacate crecido y la basura.
Wilson Jiménez, jefe de la Policía Metropolitana, explicó que esta modalidad es muy frecuente en la avenida 9, entre calles 2 y 8, donde los lotes baldíos colindan con el río Torres y las laderas del Museo de los Niños.
Operativo. Hace 45 días la Policía Metropolitana realizó un operativo en cuatro lotes baldíos de esa zona. “Sacamos 100 personas de entre las cuevas, cinco tenían orden de captura y otras dos órdenes de presentarse a la autoridad”, resumió Jiménez.
El oficial reconoció que este tipo de acciones pretenden limpiar la zona; no obstante, los decomisos son escasos: apenas dos cigarrillos de marihuana y unas cuantas piedras de crack.
Según explicó, en esas condiciones, en medio de la maleza, muchos logran escapar y ocultar la droga que venden o consumen.
Las condiciones allí son precarias pues convierten ciertos sectores de los lotes en excusados.
“Cuando la Policía sale de un operativo de estos debe salir a bañarse, el olor a excremento es insoportable”, agregó.