Pérez Zeledón. Con cada fuerte aguacero, cientos de vecinos de los barrios al suroeste de San Isidro de El General se resignan a alistar sus palas, escobas y cualquier recipiente que les ayude a sacar el agua que se mete en sus viviendas, producto de las inundaciones.
Las localidades Ciudadela Blanco, California, Avenida González y San Rafael se construyeron sobre una quebrada que las atraviesa.
Con el paso del tiempo, el afluente se convirtió en el principal drenaje de las aguas llovidas de la zona oeste de la ciudad.
El crecimiento urbano y la construcción en los márgenes de la quebrada provocaron que las alcantarillas instaladas décadas atrás ya no sean suficientes; su capacidad de transportar agua se queda corta en la actualidad.
Runny Monge, presidente de la Asociación de Desarrollo de Ciudadela Blanco, el barrio con mayores problemas de inundaciones, explicó que llevan años abogando por una solución, que apenas comienza a llegar gracias a la presión vecinal y a recursos de amparo presentados contra el municipio.
“La parte de abajo, donde se presentaban las mayores inundaciones, prácticamente ya está arreglada con los trabajos que se han hecho. El problema es que en la parte de arriba aún hay casas que se siguen inundando”, explicó Monge.
Arreglos. La municipalidad comenzó en diciembre la instalación de un nuevo drenaje más ancho como respuesta a la presión que generó un recurso de amparo ganado por un vecino.
Estos trabajos representan una inversión municipal que ronda los ¢350 millones.
Incluye alcantarillas, puentes y trabajos de ampliación de un sector de 500 metros.
Ronny Rojas, ingeniero municipal encargado del proyecto, explicó que el problema radica en que cada vez más los vecinos han reducido el cauce de la quebrada.
Parte de los trabajos se concentran en rescatar ese espacio invadido por los lugareños.
“Ahorita estamos construyendo una etapa que es de 140 metros”, explicó el funcionario.
Estos trabajos, según el ingeniero, no estarán listos este año, razón que molesta a los vecinos, pues aseguran que con las obras, las calles de las comunidades se han visto afectadas.
“Yo tengo 20 años de vivir aquí y siempre he visto cómo se inundan las casas de los vecinos.
”Ya por esta zona vinieron e hicieron unos trabajos, pero nos dejaron las calles destrozadas”, afirmó Irma Villalobos, vecina de Ciudadela Blanco.
Alexánder Alfaro, dueño de una pulpería en esta misma localidad, explicó que aún están a la espera de que los trabajos rindan frutos.
“Aquí, a la par, es donde más se inunda. Vamos a ver si todos esos trabajos que han hecho al final sirven”, dijo Alfaro.
El fondo para la finalización del proyecto depende del presupuesto anual del municipio, razón por la cual los trabajos se podrán completar hasta el próximo año, aseguró el ayuntamiento.