Reactivar el transporte de carga entre la capital y el Caribe es uno de los temas que tiene entre manos el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer)... aunque sea a largo plazo.
Lo anterior es la razón por la cual esa institución asegura que no dejará perder el derecho de vía que tiene entre Siquirres y Turrialba. Este será tapado por el embalse de la planta hidroeléctrica Reventazón.
Miguel Carabaguíaz, presidente del Incofer, explicó que el país no debe descartar el uso del tren de carga. Aseguró, además, que aunque las vías del Caribe están abandonadas, siguen siendo estratégicas.
“El país debe, como estrategia, mantener esos derechos de vía existentes. Es totalmente vital para el país usar el tren para carga por el tema de ahorros y de menos contaminación”, explicó el funcionario.
Según cálculos del Incofer, un tren podría sacar de las calles hasta 20 furgones en un solo viaje entre Limón y San José y esto disminuiría, de paso, las presas y la contaminación.
El Incofer realiza, junto a españoles, un estudio de factibilidad para reactivar el tren de pasajeros y en ese mismo se incluye un apartado del tren de carga.
Ese análisis determinará, incluso, la posibilidad de reactivar la conexión del tren del Caribe con el del Pacífico.
“No podemos dejar que se pierda el derecho de vía. En el futuro será muy difícil recuperarlo”, dijo el jerarca.
Carga avanza. Actualmente, el Incofer traslada en tren toneladas de acero, papel, cartón y banano entre Limón y las zonas cercanas al Valle de La Estrella, en Limón.
Según el funcionario, el objetivo es que el tren llegue hasta la capital desde el Caribe, pero actualmente el estado de las líneas no lo permite.
Hace casi 20 años, el ferrocarril fue cerrado. Con el paso del tiempo, el abandono, los efectos de la naturaleza y los robos de rieles hicieron que las vías casi desaparecieran en muchos puntos geográficos.
La construcción de esa ruta comenzó en 1870. El constructor Enrique Meiggs firmó un contrato con ministro de Guerra, Marina y Fomento de Costa Rica, Manuel Alvarado Barroeta, para abrir el paso en tres años.