Como un defensor acérrimo de la libertad de expresión y un hombre firme en sus convicciones. Así recuerdan sus allegados al abogado costarricense Fernando Guier Esquivel, quien falleció la noche del domingo a la edad de 82 años a causa de un derrame cerebral.
Su segundo nombre, Lincoln, rinde homenaje al presidente abolicionista de los Estados Unidos, pero también marcó gran parte del quehacer profesional de Guier, quien es considerado un abanderado de la libertad de expresión.
El jurista nació en San José el 14 de enero de 1934 en el seno de una familia marcada por el Derecho. Su padre –el reconocido abogado Enrique Guier Sáenz– fue juez durante 36 años y en 1947 fue electo presidente de la Corte Suprema de Justicia.
En 1958, Fernando Guier se egresó con honores como licenciado en Derecho de la Universidad de Costa Rica (UCR) y luego cursó estudios de posgrado sobre Derecho Comparado en el Inter-American Law Institute de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos.
El jurista dedicó casi 60 años al ejercicio de su profesión y fue hasta hace pocos años que se retiró por motivos de salud.
Guier fungió durante mucho tiempo como abogado defensor de La Nación .
El periodista Eduardo Ulibarri, exdirector de La Nación, y exembajador de Costa Rica en la Organización de Estados Americanos (ONU), lo describió con palabras como hombre correcto, culto y apasionado.
“Él fue uno de los bastiones de la defensa de la libertad de expresión en Costa Rica, sobre todo desde los estrados judiciales durante toda la segunda mitad del siglo XX y parte del siglo XXI. Considero que muy pocos abogados le dedicaron tanto tiempo y tanto esfuerzo a defender a periodistas en los tribunales en momentos en que la legislación de Costa Rica era sumamente limitante de la libertad de expresión”, declaró Ulibarri.
Litigios famosos. Como abogado de este diario, Guier enfrentó varios complicados litigios. Entre esos, el caso del periodista Mauricio Herrera Ulloa, quien en 1995 fue denunciado por supuesta difamación, calumnias y publicación de ofensas en contra de Félix Przedborski Chawa, exdiplomático honorario de Costa Rica ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Herrera, quien actualmente ejerce el cargo de ministro de Comunicación, lamentó el deceso.
“Él fue el jurista costarricense que más ha aportado a la lucha por la libertad de expresión. En él se combinaba un sólido conocimiento jurídico de la materia con una pasión inacabable. Era absolutamente tenaz y comprometido”, declaró Herrera a La Nación. Guier fue el abogado defensor que acompañó a Herrera durante todo el proceso judicial, que se extendió de 1995 al 2004.
Para el ministro, Guier ejercía su profesión con una entrega total que superaba los meros requerimientos laborales.
“Era un abogado que litigaba con absoluta convicción. El ponía todo su corazón y toda su alma en cada acción que ejecutaba, en cada escrito que presentaba. Como defendido de él yo me sentí siempre muy seguro y acuerpado”, agregó.
Herrera aplaudió además la rigurosidad con la que don Fernando formulaba los argumentos en cada litigio.
Distinciones. Guier obtuvo el Premio de la Libertad y el Gran Premio SIP por la Libertad de Prensa, otorgado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
El primero de esos galardones lo recibió en 1986, como miembro del Consejo Permanente de la Asociación Nacional de Fomento Económico (ANFE). El reconocimiento lo entrega ese órgano cada tres años.
En 1995 obtuvo el Gran Premio por la Libertad de Prensa, de la SIP.
Guier también escribió libros, bajo títulos como La función presidencial en Centroamérica y de Elogio a la rebeldía y fue autor de numerosos artículos y columnas de prensa.
“Mi papá vivió hasta el último de sus días apasionado y comprometido con sus convicciones. Se entregó en alma y corazón a cada uno de sus clientes, a los cuales consideró grandes amigos de batallas”, declaró Pablo Guier, uno de sus cuatro hijos.
Sus restos descansan en el Cementerio General.