Menos lluvia de lo normal, así como una canícula o veranillo prolongado, son parte de los efectos del fenómeno de El Niño que se percibirían en nuestro país a partir del mes de julio próximo.
Lo anterior es lo que prevén personeros de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (SECAC) con base en un estudio dado a conocer la semana anterior.
El aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico sería otro efecto del fenómeno que también se presentará a mediados del presente año.
Manuel Jiménez, especialista del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), explicó que aunque las condiciones atmosféricas y oceánicas muestren un ENOS neutral (es decir, que no habría presencia de El Niño o La Niña ), sí reflejan una clara tendencia hacia el desarrollo de un nuevo episodio de El Niño a mediados del año en curso.
Tanto el SECAC como el IICA hicieron un llamado a los ministros de Agricultura del área para emprender acciones de prevención y mitigación.
“Los países centroamericanos deben estar atentos a las situaciones típicas asociadas con la presencia de El Niño , de manera que puedan tomar acciones con particular atención a los productores y a los territorios rurales más vulnerables, como el Corredor Seco Centroamericano, y a actividades como la siembra de granos básicos y la ganadería”, expresaron el SECAC y el IICA en un comunicado.
Primeras lluvias. Este fin de semana se presentaron las primeras lluvias en varios puntos de la Gran Área Metropolitana (GAM), así como en la provincia de Limón.
En esta última localidad hubo inundaciones el sábado en la noche que afectaron los poblados de Pueblo Nuevo, Limoncito, Envaco, La Colina y Juan Pablo II.
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) indicó ayer, en un comunicado de prensa, que esas primeras lluvias son producto de la presencia de una zona de convergencia intertropical cerca del país, la cual generó inestabilidad en la atmósfera circundante y, por ende, la precipitación.