"El Día Internacional de la Mujer sintetiza un proceso de lucha y toma de conciencia, por parte de mujeres y hombres, para lograr una sociedad menos violenta y más amable."
Estas palabras de la socióloga y poetisa Janina Fernández reflejan el espíritu con que miles de mujeres --feministas o no-- y también algunos varones recordaron ayer que todos nacemos y morimos por igual y que, por lo tanto, en la vida no se deben dar diferencias a partir del sexo o género, como se le quiera llamar.
La celebración del Día Internacional de la Mujer, cada 8 de marzo, en memoria de la masacre de 120 trabajadoras de Nueva York ocurrida en 1903, tuvo ayer su versión costarricense con una serie de actividades que se concentron especialmente en la capital.
Fernández, presente ayer en el I Festival de las Mujeres que se desarrolló a lo largo del día en el parque Morazán, vio cómo en esa actividad se le rindió un homenaje a su hija Marimar Cordero Fernández --fallecida en el incendio que mató a tres activistas de AECO-- así como a la escritora Carmen Naranjo y a Gloria Villalobos, una bisabuela de 71 años, luchadora de grupos de vivieda y de salud comuntaria.
A la actividad también llegaron otras mujeres como Esmeralda Soto, campesina, madre y trabajadora de toda una vida, de 81 años. Vino ayer de Horquetas de Sarapiquí, Heredia, al parque Morazán, en la capital, para celebrar este día.
"¡Diay!, pues vengo porque dicen que este es el día de nosotras, y eso es muy importante. Hay que alegrarse", comentó de forma sencilla, pero muy feliz, esta anciana.
También la escritora Linda Berrón destacó la necesidad de este tipo de reuniones, pero llamó la atención para que esta celebración no se "elitice" u oficialice, sino que se lleve a todo el país y se procure una amplia participación.