EscucharDesencanto, escepticismo. Como quiera que se le diga, lo cierto es que los partidos Unidad Social Cristiana y Liberación Nacional comienzan a resentir el resquemor de una parte importante de los costarricenses, quienes ahora piensan seriamente en la viabilidad de una tercera opción.
Para justificar su desengaño, aseguran que se sienten traicionados por los dirigentes; están disconformes con la actuación del Gobierno o, sencillamente, ninguno de los partidos tradicionales es bueno.
Así lo reveló la última encuesta de opinión pública de Unimer, realizada a 1.210 costarricenses mayores de 18 años, entre el 7 y el 19 de setiembre, a pedido de La Nación. La primera parte se publicó en nuestra edición de ayer.
El número de personas que ahora dicen no simpatizar con alguna agrupación política prácticamente se duplicó en los últimos cuatro meses. Mientras en mayo había 14 de cada 100 ticos que no militaba en partido alguno, en el presente esa cifra alcanza los 27 puntos porcentuales.
Además, el 34 por ciento de la muestra dijo apoyar a la gobernante agrupación socialdemócrata y el 37 por ciento a los opositores socialcristianos. Los liberacionistas pierden siete puntos con respecto a la anterior consulta de mayo y los socialcristianos, cuatro.
A los encuestados que no exteriorizaron su filiación política o aseguraron no pertenecer a un partido (325 del total) se les preguntó si en alguna ocasión militaron en alguno. La mitad se inclinó por el no y el 48 por ciento respondió afirmativamente.
De ese último grupo -que representan el 13 por ciento de la muestra total-, el 59 por ciento manifestó haber simpatizado con el PLN y un 38 por ciento con el PUSC.
Unimer, dirigida por Haydée Mendiola y Carlos Paniagua, también le solicitó a ese 13 por ciento de la muestra que explicara su conducta. Las respuestas fueron categóricas: 49 por ciento aseguró sentirse traicionado por el comportamiento de los dirigentes políticos; el 12 por ciento se quejó de la labor de la administración Figueres; otro 12 por ciento sostuvo que ni el PLN ni el PUSC son buenos, y un 10 por ciento sentenció que ninguno ayuda al pueblo.
Un 7 por ciento también está desalentado con la firma -el 12 de junio- del pacto entre el mandatario, José María Figueres Olsen, y su predecesor, Rafael Angel Calderón Fournier.
El acuerdo, entre otros aspectos, avaló el cierre o la fusión de varias instituciones públicas. Además, el PUSC se comprometió a no bloquear la tramitación de un paquete de impuestos (ventas pasó del 10 al 15 por ciento y se instauró un 1 por ciento sobre los activos de las empresas), lo cual sucedió en forma agónica el 31 de agosto.
Cuando los 1.210 encuestados tienen que definir si existe una verdadera diferencia entre el PLN y PUSC, en 43 puntos porcentuales se afirma que no y en 40,5 que sí.
Tercera fuerza
Al desencanto que vive un segmento importante de la población, los partidos tradicionales deben sumar la opinión del 65 por ciento de la muestra que estima necesaria una tercera fuerza política. Un 34 por ciento cree lo contrario.
Esta no es la primera vez que se habla del tema. Según un sondeo de Unimer, efectuado entre el 6 y el 22 de mayo de 1992, 41 de cada cien se mostró a favor, y 50 de cada cien dijo que no era necesaria una alternativa al PLN y el PUSC.
Ahora, a quienes están a favor de una tercera fuerza (781 personas), se les preguntó si existe actualmente algún partido o movimiento capaz de llegar a encarnarla. Un 18 por ciento aseguró que sí, e independientemente de su filiación política, dos terceras partes de ese grupo mencionó al ahora fraccionado Partido Fuerza Democrática.
Entre tanto, 68 de cada 100 enfatizaron que no hay una agrupación capaz de convertirse en opción política y 13 de cada 100 guardaron silencio.
A esos dos subgrupos Unimer les consultó sobre la conveniencia de que un nuevo partido sea esa tercera fuerza. Aparte de militancia política, forma como sufragó en 1994, escolaridad, sexo y edad de los entrevistados, el 99 por ciento dijo que sí.
Estas personas no solo respondieron afirmativamente sino que en un 71 por ciento estaría dispuesto a colaborar y formar parte de una nueva agrupación.
Lucha preelectoral
Corrales y Rodríguez lideran simpatías
En forma tempranera, y pese a la censura que hace la mitad de la población sobre la lucha preelectoral, el socialcristiano Miguel Angel Rodríguez y el socialdemócrata José Miguel Corrales encabezan las preferencias hacia una eventual candidatura y silla presidencial.
Rodríguez, candidato derrotado en los comicios de 1994 y quien hasta el momento dice mantenerse al margen de cualquier aspiración electoral, es el que ahora tiene mejores réditos electorales de acuerdo con el último sondeo de opinión nacional de la firma Unimer.
La encuesta se hizo del 7 al 19 de setiembre pasados, entre 1.210 costarricenses mayores de 18 años, a solicitud de este matutino.
El 37 por ciento dijo ser simpatizante del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); el 34 por ciento del Partido Liberación Nacional (PLN) y el 2 por ciento de otras agrupaciones políticas. Además, 27 de cada cien entrevistados aseguró no militar en partido alguno.
Del total, casi la mitad se opone a la lucha prematura de tendencias por considerar que "aún no es tiempo" y que representa un gasto innecesario. Empero, un 43,5 por ciento avala ese tipo de disputa.
Al preguntarles a los consultados ¿cuál desearía que fuese el candidato del PUSC para las próximas elecciones?, el 42 por ciento mencionó a Rodríguez; el 34 por ciento al exministro de Seguridad Pública y precandidato, Luis Fishman, y el 20 por ciento respondió "ninguno". Menos del 1 por ciento citó a otro precandidato, Guillermo Madriz, y al presidente del partido, Abel Pacheco.
Entre quienes dijeron ser seguidores socialcristianos, Rodríguez recibe el apoyo del 63,5 por ciento y Fishman, el 28 por ciento. En cambio, en las tiendas liberacionistas la situación es inversa debido a que Fishman es señalado por 43 de cada 100 y Rodríguez por 27 de cada 100.
En el PLN
El exdiputado y exprecandidato socialdemócrata Corrales tiene el respaldo del 35 por ciento de la muestra total cuando se consulta sobre cuál sería el posible aspirante presidencial del PLN para 1998. El presidente del partido, Rolando Araya ocupa el segundo lugar con el 19 por ciento.
Con menores posibilidades aparecen el expresidente del Banco Central y excandidato presidencial, Carlos Manuel Castillo (9 por ciento); el secretario general, Wálter Coto (2,6); el presidente legislativo, Antonio Alvarez (2,4) y el exprecandidato, Francisco Morales (0,6). Un 25 por ciento respondió que "ninguno".
Ante la misma pregunta, Corrales se muestra sólido entre quienes se autoproclamaron como liberacionistas: el 44 por ciento lo apoya. Le siguen Araya, 23 y Castillo 9.
Entre los militantes socialcristianos, Corrales es visto como el posible candidato presidencial por 31 de cada 100. Araya y Castillo aparecen atrás con 20 y 9 ciento, respectivamente.
Finalmente, cuando se pidió a la muestra total citar el nombre del político que desearía fuese elegido en las elecciones de 1998, fueron mencionados mayoritariamente Rodríguez (29 por ciento); Corrales (20); Fishman (16); Araya (8) y Castillo (4).
