Eliminar la pena de cárcel para los choferes en estado de ebriedad por considerarlos personas enfermas, es el objetivo del primer recurso de amparo que se presenta contra la nueva Ley de Tránsito.
Ayer, un hombre identificado como José Rafael Fuentes presentó el recurso ante la Sala Constitucional de la Corte Suprema.
Fuentes argumenta que “estas personas (los infractores) son, aunque no quieran reconocerlo, alcohólicas, y que por tal razón se les debe considerar como enfermos (...) y darles otras sanciones”.
Entre las medidas de castigo planteadas en el recurso, está la de obligarlos a asistir a la organización Alcohólicos y Anónimos por un año o más. Otra de las propuestas es internar a los infractores en un hogar de recuperación o una clínica especializada.
En el documento, Fuentes comenta a los magistrados que el alcoholismo “está considerado por el Organismo Mundial de la Salud (OMS)” y que “la cárcel es el último de los castigos en nuestro país”.
Hasta ayer en la tarde, el recurso se encontraba en estudio de admisión. De aprobarse, entraría en la agenda de los magistrados y, en las próximas semanas, se daría la resolución respectiva.
Ayer, el Ministerio Público indicó, mediante su oficina de prensa, que este recurso de amparo no pretende impugnar toda la Ley de Tránsito, sino solo el artículo referente al delito de conducir un vehículo en estado de ebriedad.
Mano dura. La nueva Ley de Tránsito entró en vigencia el 23 de diciembre pasado.
Entre sus medidas más duras, está la que castiga a quienes manejen con más de 0,75 gramos de licor en la sangre, o conduzcan a más de 150 kilómetros por hora, pues se exponen a penas de cárcel de uno a tres años y a la suspensión inmediata de su licencia de conducir. Además los vehículos son comisados. Los choferes detenidos varias veces por el mismo delito podrían ir a prisión hasta por ocho años.
Los infractores serán presentados ante un juez, quien decidirá si aplica o no la pena de cárcel. Existen medidas intermedias como fianzas y el obligar a los infractores a realizar trabajo comunitario.
Temerarios. A pesar de la severidad de la nueva ley, durante la primera semana de vigencia de esta, la Policía de Tránsito detuvo en varios operativos a 88 conductores que manejaban sus vehículos bajo los efectos del alcohol.
Sin embargo, la incidencia de borrachos sorprendidos bajó un 77% en comparación con la temporada navideña del 2007, cuando la antigua ley sancionaba a esos conductores con ¢20.000 y una detención de pocas horas.