Al centro de rescate Las Pumas, ubicado en Cañas, llegan anualmente unos 20 animales atropellados en carretera o electrocutados por cables de alta tensión.
Ante esa situación y por iniciativa propia, la bióloga Esther Pomareda empezó a tomar datos en el trayecto que va desde río Cañas hasta río El Salto, aproximadamente unos 38 kilómetros.
Ella anota la fecha, la hora, la especie, el lugar de la carretera donde ocurrió el atropello (recta, curva o cerca de curva), así como la topografía de la calle.
En su registro constan atropellos de reptiles, anfibios y aves, así como mamíferos: osos hormigueros ( Tamandua mexicana ), zorros pelones ( Didelphis virginiana ), mapaches ( Procyon lotor ), nutrias ( Lontra longicaudis ), pizotes ( Nasua narica ) y manigordos ( Leopardus pardalis ).
Según sus datos, en promedio se reportan cuatro individuos atropellados por kilómetro lineal.
“Los accidentes ocurren porque el oso hormiguero se encandila con las luces de los carros, los felinos tratan de cruzar rápidamente, y los reptiles –como garrobos e iguanas– buscan el calor del pavimento”, explicó Pomareda.
El paso de furgones a alta velocidad también crea un vacío que succiona a monos y ardillas, que terminan entre las llantas de estos.
Ampliación de carretera. Con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se financia la ampliación a cuatro carriles de la carretera Interamericana Norte, específicamente en el sector entre Cañas y Liberia (50,6 km).
Según Lisbeth Navarro, regente ambiental de la empresa FCC, el proyecto incluye nueves pasos de fauna terrestres (túneles de 1,5 metros de alto y ancho) y diez arborícolas (cableado de árbol a árbol a una altura de 11 metros).
La Unidad de Gestión Ambiental y Social (UGAS) del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) realizó el estudio para definir la cantidad y el diseño de los pasos. Para favorecer el cruce de animales por esos pasos, se requiere existencia de cobertura vegetal a ambos lados de la calle.
La crítica de Pomareda al proyecto vino porque precisamente se talaron 2.280 árboles que estaban sobre el derecho de vía para la ampliación a cuatro carriles.
“A lo largo de ese tramo había sectores que se convertían en pequeños corredores para estos animales, pues unían fragmentos de bosque a ambos lados de la carretera”, dijo la bióloga.
Sin embargo, Navarro indicó que se debieron ajustar la ubicación de los pasos cuando, al quitar los árboles, se mostró otra realidad: muchas de las fincas no poseían cobertura boscosa que es necesaria para el cruce de los animales.
En ese sentido, y a partir de los planes reguladores, las municipales podrían coordinar con los dueños de las fincas circundantes a los pasos de fauna y quebradas para reforestar esas zonas y así mimetizar las infraestructuras.
Una de las recomendaciones que hace FCC a la empresa que se encargará de la etapa concerniente a los nuevos puentes es que estos se dejen lo más natural posible para que sirvan de paso de animales.
Asimismo, y según Navarro, se tendrá que evaluar la efectividad de estos pasos.
La experiencia de la vía Cañas-Liberia servirá para planificar los cruces de animales previstos para la futura ampliación de la carretera Barranca-Cañas donde el impacto ambiental podría ser mayor dada la cobertura vegetal en ambos lados de la vía.
Según Navarro, actualmente se están haciendo conteos que arrojarán datos que servirán para el diseño de los pasos de fauna.