El Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) asumió la limpieza del pozo de agua contaminado con combustibles en Belén de Heredia.
La decisión se adoptó luego de que fracasaran dos intentos por contratar a una empresa privada para la extracción de los 30.000 litros de carburantes vertidos sobre la toma de agua.
El jerarca del AyA, Ricardo Sancho, alegó que como ya se sabe cuánto combustible es y cuál es su ubicación, los técnicos del país pueden asumir el trabajo.
“No tenemos experiencia, pero si esperamos contratar a una empresa tardamos de cuatro a seis meses más y no podemos seguir esperando”, declaró.
Al consultársele la razón por la que el AyA no asumió la limpieza desde el principio, Sancho afirmó que no había voluntad ni confianza en los geólogos e ingenieros de las entidades públicas.
Nathalie Montiel Ulloa, jefe de control operativo de calidad de agua de ESPH, agregó que había suficientes estudios de respaldo para iniciar la extracción.
“Tal vez no se está haciendo el trabajo a la velocidad que lo haría una empresa, pero al menos se está avanzando”, comentó.
Primer avance. La “remediación” ambiental –como se llama a este proceso– comenzó hace dos semanas y, según estima el AyA, se prolongará por otros seis meses.
En los primeros 15 días sacaron 1.500 litros de carburante.
Sin embargo, las labores se intensificarán a partir de la próxima semana, cuando la jornada de trabajo se amplíe a 24 horas.
En forma adicional se están abriendo 10 pozos sobre la zona contaminada para acelerar el ritmo de la extracción.
También se utilizarán seis bombas especiales que permiten sacar el combustible separado del agua.
El carburante se vierte en un camión cisterna y se lleva hasta Recope para su desecho.
La contaminación del pozo AB-1089, propiedad de ESPH, fue detectada en setiembre del 2004.
Al parecer, el combustible derramado proviene de una gasolinera ubicada en la zona industrial, cerca de la toma de agua.
La mancha de carburante está a unos 24 metros de profundidad y tiene un espesor de aproximadamente ocho centímetros.
Sin tiempo. Montiel y Sancho coincidieron en que es urgente avanzar en la limpieza del pozo, ante el riesgo de que la mancha avance hasta el acuífero Colima Superior, que se ubica a unos 50 metros.
Montiel explicó que en caso de un sismo, el material que separa el combustible del manto acuífero podría ceder y ampliarse la contaminación. El carburante podría filtrarse más durante el verano.
Del acuífero Colima depende el abastecimiento de agua de más 1,5 millones de personas de toda el Area Metropolitana.
AyA informó de que la “remediación” ambiental del pozo se realiza en alianza con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), la Empresa de Servicios Públicos de Heredia (ESPH), el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), LA Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) y la Comisión Nacional de Emergencia.
También colaboran la Municipalidad de Belén, Recope y la empresa privada.