Lácteos, centros turísticos y hasta funerarias se cuentan entre los negocios en los que asociaciones de desarrollo comunal han incursionado para generar recursos propios.
En el país hay 3.648 organizaciones comunales. De esas, solo 17 han establecido unidades de negocios, pero la Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad (Dinadeco) aspira a que pronto sean muchas más.
Para ello, la entidad creó una política pública que busca lograr una articulación institucional para ofrecerles apoyo económico y asesoría, según los requerimientos de cada una.
La idea es fortalecer a las que ya existen y generar facilidades para que otras puedan surgir.
“Donde las grandes empresas no podrían llegar, el desarrollo puede estar ligado a que una asociación identifique una actividad productiva adecuada para la comunidad”, explicó Harys Regidor, director de Dinadeco.
Las asociaciones de desarrollo comunal existen desde hace 49 años, pero en la mayoría de los casos, operan con aportes externos. El modelo propuesto les permite mayor independencia financiera y un mayor rango de acción.
La política enlaza a entes como bancos estatales, universidades, el Ministerio de Trabajo, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y el Instituto de Desarrollo Rural (Inder).
Con el mismo objetivo, la Federación de Organizaciones Sociales (FOS) elabora una propuesta de plan de ley para crear la figura de empresas sociales en el país.
“Esto ayudaría a atraer inversión. En lugar de que las empresas tradicionales inviertan en hacer pequeñas cosas, podrían encadenarse a empresas sociales para vender o comprar servicios”, manifestó Javier Sandoval, presidente de la FOS.
Para la Federación, la herramienta también facilitaría el rastreo de las organizaciones sociales –incluidas las asociaciones de desarrollo– que operan en el país, para cuantificar su aporte a la economía nacional.
Pioneros. Con un pequeño abastecedor, la Asociación de Desarrollo Integral de Cipreses, en Oreamuno de Cartago, inició su rol emprendedor en 1974.
Hoy, además de eso, tienen un almacén de productos agrícolas, así como un convenio con el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para conceder préstamos a mujeres emprendedoras.
Con las ganancias se dan crédito a los productores locales y se hacen las mejoras de infraestructura que la comunidad requiera.
Además, da empleo de manera directa a 12 personas.
Entre los planes a futuro que tienen está crear un centro de capacitación para personas de todas las edades, que le de mayores oportunidades de éxito a los vecinos de Cipreses.
“En el distrito de nosotros, la mayoría tiene un salario que viene del campo, se vive de la agricultura. Por eso, hay muchachos que cuando salen de la escuela no tienen la oportunidad de ir a estudiar, y si no hay empleo para ellos, eso genera vicios y otras cosas, explicó Mairena Aguilar, administradora de la asociación.
Para Mairena Aguilar, administradora de la asociación, iniciativas como las que plantean la FOS y Dinadeco son valiosas.
“ Todo lo que sea capacitación es muy bueno, nos ayudaría a crecer como empresa”, comentó.