El mandatario Óscar Arias lanzó ayer un enfático pedido al sector empresarial para que promueva en sus compañías el “sí” a favor del TLC en el referendo.
“No nos basta con que los empresarios costarricenses acudan a las urnas y voten por el ‘sí’”, aseveró el gobernante.
Y añadió: “Necesitamos que sean capaces de inspirar a sus empleados para que hagan lo mismo. Juntos, los trabajadores de la empresa privada son capaces de transformar este país”.
El Ejecutivo confía en que el sector privado empuje la campaña previa a la consulta popular avalada anteayer por la Asamblea Legislativa, diez días después de que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) consideró posible un referendo vinculante sobre el TLC.
“No son los empresarios quienes ganarán este referendo, son los miembros de la empresa privada, desde el más humilde misceláneo, hasta el más alto ejecutivo.
“Es nuestra responsabilidad convocar y movilizar a todos los trabajadores de nuestro país para que puedan manifestar su voluntad”, dijo Arias en Alajuela, donde inauguró una zona franca.
La campaña por el “sí” la dirigiría el actual ministro de la Producción, Alfredo Volio, quien dejaría su cargo en cualquier momento, informó La Nación el domingo.
El ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, confirmó ayer esa posibilidad, pero declinó dar más detalles. “Sería una actividad de él, plenamente independiente de la función del Gobierno”, aseguró.
El Gobierno apuesta a la fuerza del sector privado, mientras espera que el TSE le defina pronto sus “limitaciones y responsabilidades” para la campaña sobre el TLC.
“¿Pueden los ministros hablar del TLC o el Presidente salir a hacer giras sobre el TLC? Son temas que queremos que los definan para ser muy respetuosos”, expresó Rodrigo Arias, quien garantizó que el Gobierno Central ni entidades autónomas gastarán un solo colón.
El magistrado Luis Antonio Sobrado, presidente interino del TSE, advirtió ayer que uno de los puntos que deberá definir con las otras dos magistradas se refiere a los alcances de las prohibiciones y facultades que tendrá el Gobierno durante el proceso del referendo.
Otras incógnita que deberá esclarecer el TSE es si será 30% o 40% el porcentaje mínimo de participación electoral para que el resultado del referendo sea obligatorio.
También está por verse el mecanismo para resolver un eventual empate entre el “sí” y el “no” y cuál de los procedimientos se consideraría para convocar el referendo, si el del Gobierno o la “iniciativa popular” que gestionó el exdiputado José Miguel Corrales, que llevaría más tiempo.