Costa Rica contará con una nueva diócesis --la sexta-- que tendrá como sede Ciudad Quesada, en San Carlos, según anunció ayer el nuncio apostólico en nuestro país, Giacinto Berlocco. La Santa Sede designó al sacerdote español Angel San Casimiro como primer obispo.
El obispado tendrá jurisdicción sobre territorios y poblaciones desmembradas de las diócesis de Alajuela y Tilarán, Guanacaste.
En el anuncio, hecho ayer por el Vaticano a mediodía (4:00 a.m. hora costarricense), el papa Juan Pablo II designó como cabeza de la nueva diócesis a Angel San Casimiro Fernández, párroco de la iglesia de Nuestra Señora de El Carmen, Alajuela.
El prelado, oriundo de Pradejón, provincia española de La Rioja, llegó al país en 1966. Recibirá la consagración episcopal en los primeros días de octubre.
La de Ciudad Quesada es la segunda diócesis que se crea en nuestro país en los últimos siete meses. A finales de diciembre de 1994, el vicariato de Limón fue elevado a ese rango. Monseñor José Francisco Ulloa fue nombrado obispo.
La nueva circunscripción comprenderá los cantones de San Carlos, Los Chiles y Sarapiquí --de la actual diócesis de Alajuela--, y los de Guatuso y Upala, que forman parte del obispado de Tilarán.
Tras la decisión papal, Costa Rica está dividida en seis diócesis: San José, San Isidro de El General (Pérez Zeledón), Limón, Alajuela, Tilarán y Ciudad Quesada.
Las altas autoridades eclesiásticas, entre ellas el Nuncio Apostólico, el obispo de Tilarán, monseñor Héctor Morera, y el arzobispo de San José, monseñor Román Arrieta Villalobos, celebraron la noticia, la cual calificaron como un tributo al crecimiento espiritual de la Iglesia Católica en el país.
El padre Angel San Casimiro, nervioso y emocionado a la vez, dijo que prefería que su toma de posesión se efectúe el 3 ó 7 de octubre. En la primera fecha, pero en 1965, fue ordenado sacerdote en España, mientras que en la segunda del mismo año realizó su primera misa.
En una conferencia de prensa, San Casimiro adelantó que la prioridad de su acción pastoral en la nueva diócesis de Ciudad Quesada será la de llamar al diálogo a todos los sectores de la zona.
Fuerte entusiasmo
El nuncio apostólico en Costa Rica, Giacinto Berlocco, puntualizó ayer que la decisión del Vaticano es un reconocimiento "muy importante" porque significa crear una diócesis más para un país "relativamente pequeño", así como aumentar el número de obispos (de 7 a 8) en la Conferencia Episcopal.
Similar criterio externó monseñor Arrieta, quien explicó que debido al crecimiento económico, social y espiritual del país era necesaria una nueva diócesis. "Yo pienso que el 25 de julio es un día que definitivamente entrará en los anales de la historia eclesiástica de Costa Rica", agregó.
En el mismo sentido se expresó el obispo de Tilarán, monseñor Héctor Morera, quien resaltó las cualidades de Angel San Casimiro. "Es un hombre amable, tratable; en él se puede confiar por su sinceridad e intelecto. Es un hombre muy preparado", declaró.
En Ciudad Quesada, las reacciones fueron igualmente efusivas. El padre Carlos Luis Herrera, párroco del lugar, dijo que, pese a que se esperaba la decisión del papa Juan Pablo II, la noticia "causa mucha alegría".
Señaló que el primer obispo tendrá como retos los problemas sociales de la zona y la proliferación de grupos religiosos no católicos.