Aguirre, Puntarenas.- Desde hace dos semanas, la doctora Wendy Solano atiende a tres pacientes diarios en el Ebáis de Damas; todos, con picazón e irritación en la piel, debido a la alergia ocasionada por una plaga de palomillas que se desató en los arrozales de la zona.
Las principales víctimas del problema son 200 familias de la comunidad de Paquita, quienes viven junto a una de esas plantaciones.
La palomilla es conocida en la zona como “novia del arroz”. Su nombre científico es Rupella albinella, pues es blanca y brillante.
El insecto pone sus huevecillos en las plantas, donde se desarrolla. Cuando llega a su etapa adulta, se refugia en las casas del pueblo, atraído por la luz de los bombillos.
La molestia está en que las palomillas transmiten ácaros, que son los responsables de producir alergias en la piel de las personas.
Alejandra Quesada, directora del Área Rectora de Salud de Aguirre, confirmó que los vecinos pusieron la denuncia sobre la plaga el pasado 10 de octubre.
“El número de palomillas es tan grande que las paredes se ponen blancas. Ellas sueltan un polvillo que causa picazón en todo el cuerpo”, relató Bryan Arias, quien vive con sus tres niñas y su compañera en Vista de Mar de Paquita, uno de los sectores más afectados.
Una situación similar atraviesa Adriana Núñez.
“Todo mi cuerpo está lleno de alergia. A mi hijo no solo le provoca problemas de la piel, sino también ataques de asma”, comentó Núñez, quien teme por la salud de sus padres, su esposo y dos hijos Samuel de 7 años y Eidery, de 13.2.
Atención. Los casos de alergia más graves han sido referidos del Ebáis de Damas al Hospital Max Terán Valls, en Quepos.
Carlos Martínez, director de ese centro médico, indicó que el tratamiento para estos casos consiste en medicamentos antialérgicos y cremas para aliviar la reacción.
Al respecto, José Mattey, ingeniero del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), explicó que la disminución en las lluvias de este año propició que el insecto se reprodujera sin control.
“Ese aumento se convirtió en una plaga debido a que el arrozal está muy cerca del pueblo”, señaló Mattey. El problema, además de Quepos, se ha registrado en varias partes de Parrita.
Mientras tanto, Nelson Aguilar, dueño de una propiedad que se convirtió en criadero del insecto, prometió tomar medidas en los próximos días, como cortar el arroz y usar una rastra para eliminar los rastrojos (restos de las matas).