En el testamento, cuya veracidad no ha podido ser confirmada, pide perdón a sus hijos por haberles dedicado “poco tiempo” desde que respondió a “la llamada a la yihad (guerra santa)”.
“He llevado la carga de los musulmanes y de sus asuntos. He elegido un camino lleno de peligros”, dice.
En otra parte, en la que habla a sus esposas, el dirigente terrorista reconoce que han sido “un gran apoyo” para él en su camino.
Al final del testamento, que lleva fecha del 14 de diciembre de 2001 dirige también un mensaje a los muyahidines (guerreros santos). “Olvidaos de momento de combatir contra los judíos y los cruzados y dedicaos a purificar vuestras filas de los agentes, los vergonzosos y los ulemas del mal que no participan en la yihad”.