El Cairo. AP. Los cristianos de Egipto celebraron ayer su primera Navidad tras la caída del presidente Hosni Mubárak en medio de amplias medidas de seguridad y una exhibición de unidad nacional que tuvo como propósito disipar los temores hacia el aumento del poder de los islamistas.
La celebración copta ortodoxa sigue a la intensificación de la violencia registrada en el último año contra la minoría cristiana, que se calcula en 10% de los 85 millones de habitantes de Egipto.
Muchos cristianos atribuyen los diversos enfrentamientos callejeros, ataques contra iglesias y otras acciones similares de violencia a los islamistas radicales, que han efectuado acciones cada vez más audaces tras el derrocamiento de Mubárak.
Las celebraciones de la Navidad ortodoxa iniciaron con una misa en la noche del viernes en la principal catedral de El Cairo, a la que asistieron personalidades de todo el espectro político de Egipto.
Entre estos se contaron dirigentes de la Hermandad Musulmana, el grupo islamista cuyo partido político asociado ganó casi la mitad de las bancas en el Parlamento.
También asistieron integrantes del Consejo Militar que asumió el J tras el derrocamiento de Mubárak, el 11 de febrero, así como el principal diplomático estadounidense para el Oriente Medio, Jeffrey Feltman.
El papa copto Shenouda III elogió la presencia de las distintas personalidades e hizo un llamado a favor de la unidad nacional “para el bien de Egipto”.
Debido a la oleada de ataques contra iglesias a principios de año, miles de coptos efectuaron movilizaciones en protesta porque ninguno de los responsables fueron llevados ante la Justicia.