Washington.
Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos votarían mini leyes de finanzas para reabrir las agencias gubernamentales una por una, afirmaron integrantes de esa bancada este martes, en el primer día de parálisis del Estado federal.
El representante Peter King anunció, al término de una reunión a puertas cerradas del grupo republicano, que someterán tres medidas al voto de la cámara este martes, de manera de poner fin a la parálisis en ciertos terrenos: los parques, museos y monumentos nacionales; el departamento dedicado a los veteranos de guerra; y las operaciones para financiar el funcionamiento de la capital federal, que no tiene presupuesto autónomo.
De esa manera, "se mantiene la presión, pero al cabo se necesitará una ley de finanzas" global, señaló.
"Aquellos que hicieron frente a los nazis y a los japoneses durante la segunda guerra mundial no deberían verse impedidos de acudir al monumento" dedicado a ese conflicto en Washington, dijo por su lado el representante Scott Garrett.
"Un grupo de colegas republicanos manifestó que no existía ninguna razón legítima para impedírselo, y vamos a tratar de proceder parte por parte contra los absurdos de esta administración", agregó.
"Hay muchas agencias para reabrir, y sugiero que se las reabra a todas", reaccionó el legislador demócrata Richard Durbin.
La Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, reclamaba al Senado, con mayoría demócrata, la convocatoria de una suerte de comisión mixta paritaria, compuesta por igual número de representantes y de senadores, para intentar lograr un acuerdo que permitiera financiar al Estado federal durante algunas semanas.
El Senado rechazó la propuesta este martes, considerando que se trataba de una maniobra dilatoria y exigiendo en cambio la rápida adopción de un proyecto de ley de finanzas simple de seis semanas de duración.
Ningún legislador apuesta a una solución rápida del diferendo.
Las oficinas del Capitolio se vaciaron a mitad de jornada, al tiempo que varias de las entradas a las instalaciones del Congreso fueron clausuradas.
"Esto no podrá durar mucho, los estadounidenses están muy furiosos", estimó sin embargo el excandidato republicano a la presidencia John McCain.