Washington. EFE. Responsables de la Fuerza Naval estadounidense celebraron ayer como un paso “histórico” y “emocionante” los dos primeros aterrizajes realizados por un avión no tripulado ( drone ) en un portaaviones de manera autónoma.
En una teleconferencia el contraalmirante Mat Winter, responsable del programa destinado a diseñar una fuerza de ataque aérea con drones desde portaaviones, destacó el paso “histórico” del miércoles que “puso en común las capacidades técnicas y operativas del X-47B ( drone ) en el entorno de un portaaviones”.
Ese día, en aguas del Atlántico frente a las costas de Virginia, el avión no tripulado e invisible a radares X-47B, desarrollado por la empresa Northrop Grumman, aterrizó en dos ocasiones y de forma automática en la cubierta del portaaviones George H.W. Bush.
Este hito pone la primera piedra para el desarrollo en el futuro de una fuerza de ataque de drones que no necesitarán ser pilotados por personas desde la distancia y en los que la intervención humana se limitará en muchos casos a diseñar la misión y marcar objetivos de ataque y rutas de llegada y regreso.
El capitán Jaime Engdahl, responsable del programa de demostración, detalló la jornada de anteayer, en la que se realizaron dos aterrizajes del X-47B y dos despegues, maniobra esta última que se había ejecutado ya anteriormente.
Engdahl reveló que un tercer aterrizaje automático fue abortado primero por el X-47B, que decidió autónomamente mantenerse en el aire y después por los miembros de la misión, al detectar un mal funcionamiento en una de las unidades de navegación.
El oficial indicó que esa falla servirá para aprender más sobre los sistemas de aterrizaje no tripulado en portaaviones “que requieren una gran precisión” y aseguró que el error fue menor y el X-47B actuó como estaba previsto, por lo que se decidió no forzar un aterrizaje.