Washington. EFE. Éric Holder, estrecho colaborador del presidente de EE.UU., Barack Obama, dejará el Departamento de Justicia después de seis años en los que luchó por romper barreras como la que él mismo derribó al convertirse en el primer fiscal general negro de la historia estadounidense.
Obama anunció ayer la dimisión de Holder, a quien agradeció su “profunda fidelidad al país” durante sus casi seis años en el cargo.
Discreto y leal, Holder había discutido con el mandatario varias veces en los últimos meses su intención de dimitir para dedicar más tiempo a su familia.
Logros y fracasos. Desde su nombramiento en febrero del 2009, ha sido una de las figuras de la vanguardia de la administración de Obama. Entre sus logros, la Casa Blanca señala la “protección de los derechos de la comunidad homosexual y transexual, el exitoso procesamiento de terroristas y su lucha sin descanso por los derechos al voto”.
Sin embargo, también tuvo que dar marcha atrás cuando, comprometido a acabar con la política de detenciones indefinidas en Guantánamo, apoyó que se juzgara en Nueva York a Sheij Mohamed, quien finalmente nunca salió de esa base militar, donde se le procesa por planificar los atentados del 11 de setiembre del 2001.
Otro mal momento fue el escándalo de la operación Rápido y Furioso (2009), por la que se introdujeron cientos de armas en México para seguir la pista a los narcos. El plan fue un fiasco porque perdieron el rastro al armamento.
Defensor de los derechos civiles desde su juventud, ha sido uno de los rostros principales del Gobierno en varios casos polémicos, como la muerte del adolescente negro Michael Brown en Ferguson (Misuri), tiroteado por un policía cuando caminaba desarmado, un caso que provocó disturbios y despertó de nuevo el debate racial.
Holder, que no ha dudado en hablar en términos combativos sobre las tensiones raciales en el país, se desplazó a Ferguson, donde desplegó su empatía con la población al asegurar: “Yo soy el fiscal general de Estados Unidos pero también soy un hombre negro”, y confesó haber sufrido casos de discriminación racial de joven.
Como fiscal general ha subrayado la necesidad de acercar a las fuerzas del orden y las minorías raciales para acabar con la “desconfianza” y las “tensiones subyacentes” que persisten en algunas localidades, algo en lo que desea seguir trabajando desde el ámbito privado.
Además de enfrentar las diferencias raciales, Holder, hijo de padres inmigrantes, ha abogado por “erradicar” las “desigualdades aún demasiado persistentes” en el país, en alusión a una reforma migratoria que permita “salir de las sombras y tener su lugar en la sociedad” a los más de 11 millones de indocumentados.