Houston
Estados Unidos se mantuvo este lunes en alerta para atender las masivas inundaciones provocadas por la tormenta Harvey en el sureste del país, que el presidente Donald Trump consideró históricas y cuya recuperación anticipó como un "largo y difícil camino".
"Nunca hubo nada parecido", afirmó el mandatario sobre las fuertes lluvias que azotan la costa del estado de Texas sobre el Golfo de México, desatadas desde que Harvey tocara tierra el viernes, degradándose de huracán categoría cuatro a tormenta tropical.
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"Es histórico", agregó desde la Oficina Oval, mientras Harvey avanzaba al este, hacia el vecino estado de Luisiana, tras dejar literalmente bajo agua a Houston, la cuarta ciudad más grande del país y capital de la industria petrolera estadounidense, perturbada por la catástrofe al igual que el sector financiero.
Aunque el pronóstico era incierto, la amenaza principal seguía siendo el aumento de las aguas. Houston, de unos 2,3 millones de habitantes y seis en el área metropolitana, seguía paralizada por las inundaciones, cuyo pico se espera para este miércoles o jueves.
Socorristas en botes, camiones y helicópteros ayudaban a cientos de residentes. Unas 3.000 personas ya fueron rescatadas y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) estimó recibir 30.000 en refugios temporales.
Para evitar más caos en las carreteras y riesgos mayores por las lluvias esperadas, se ha solicitado a la población permanecer en sus casas.
Sin embargo, Robert Frazier, un mecánico de 54 años, y su esposa Judy, abandonaron su hogar en La Porte, a unos 40 kilómetros de Houston. Allí dejaron una casa rodante, una Harley Davidson y un carro.
"Probablemente perdí todo, todo está sin duda bajo agua", se lamentó el hombre desde un hotel cercano, ante la imposibilidad de regresar por los cortes de rutas.
En las afueras de Houston, una calma inusual reinaba ante la ausencia de vehículos. Vastas zonas estaban anegadas y las tiendas permanecían cerradas, con las aceras desiertas. La Policía advirtió de posibles saqueos por quienes buscan aprovechar el caos. Cuatro personas fueron arrestadas por robos.
La tempestad deja por el momento tres muertos y al menos 15 heridos. Otras seis muertes "potencialmente ligadas a Harvey" fueron reportadas, pero no sumadas al balance oficial.
Trump prevé visitar hoy Texas junto a la primera dama Melania Trump, y no descartó viajar a Luisiana el sábado, según la evolución de la tormenta en los próximos días.
Impacto económico
Los daños provocados por las inundaciones que ha dejado la tormenta Harvey podrían alcanzar las decenas de miles de millones de dólares, y se prevé que la economía de la región se contraiga, al menos a corto plazo.
Harvey azota una zona llena de refinerías en la costa del Golfo, lo que se traduce en precios más altos de los combustibles.
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Se prevé que los precios de las gasolinas se incrementen la próxima semana después de que se cerraran unas 10 refinerías, que representan más del 15% de la capacidad del país.
Casi 3.000 millones de los 18.000 millones de barriles que se refinan a diario en Estados Unidos, han quedado fuera de circulación.
En la costa texana se concentra un tercio de la refinación de petróleo de Estados Unidos y el Golfo de México representa 20% de la producción del país.
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Asimismo, los dos grandes aeropuertos de Houston permanecerán cerrados para recibir únicamente vuelos de ayuda, hasta finales de semana.
Para garantizar la seguridad y ayudar en las operaciones de rescate, fueron movilizados unos 12.000 efectivos de la Guardia Nacional de Texas, un cuerpo de reservistas compuesto de civiles que participan regularmente en entrenamientos militares, luego de los 3.000 inicialmente desplegados en la zona.
Harvey es el peor huracán que ha golpeado a Estados Unidos desde Katrina, que en el 2005 causó una catástrofe humanitaria con cerca de 1.800 muertos.