Washington D. C. AFP Estados Unidos suministró información a Irak sobre preparativos de ofensivas iraníes durante la guerra Irán-Irak en los años de 1980, a pesar de que sabía con toda certeza que Bagdad respondería a ellas con armas químicas, reveló ayer la prestigiosa revista de política y economía internacional Foreign Policy .
Apoyándose en documentos desclasificados de la CIA y testimonios de antiguos jerarcas, Foreign Policy afirma, en su sitio de Internet, que Washington sabía desde 1983 que Sadam Husein no dudaba en recurrir a bombardeos con gas sarín de tabún (una potente arma química ahora ilegal) frente a las tropas iraníes.
“Si prosiguen y se intensifican los ataques iraquíes, aumentan las probabilidades de que las fuerzas iraníes recurran a un obus (...) con gas mostaza”, afirma la agencia de inteligencia en un documento de noviembre de 1983.
Con el apoyo de imágenes satelitales, Estados Unidos descubrió a fines de 1987 que Irán concentraba importantes fuerzas militares al este de Basora (al sur de Irak) con vistas a su ofensiva de primavera.
Las imágenes mostraban asimismo que los iraníes habían descubierto una falla en el dispositivo defensivo iraquí de la que podían aprovecharse.
El informe, bautizado A las puertas de Basora , fue mostrado al presidente Ronald Reagan, quien entonces escribió una nota en la que afirma que “una victoria iraní es inaceptable”, relata el trabajo investigativo de Foreign Policy .
Washington tomó, pues, la decisión de informar y ayudar a Bagdad con datos de inteligencia sobre los centros logísticos y las defensas antiaéreas iraníes.
Las tropas de Sadam Husein desbarataron el proyecto de ataque iraní, antes de que tuviera lugar, al lanzar, en abril de 1988, una vasta ofensiva apoyada en bombardeos con agentes químicos contra la península de Fao, al sureste de Irak.
Los agentes químicos se emplearon en cuatro ocasiones matando cada vez entre “cientos y miles de iraníes”, según la CIA.
“Los iraquíes nunca nos dijeron que pensaban utilizar gases neurotóxicos. Ni necesitaban hacerlo, ya lo sabíamos”, explicó a Foreign Policy el entonces agregado militar estadounidense en Bagdad, Rick Francona.
Fue en marzo de 1988 que Sadam Husein utilizó, con total impunidad, agentes químicos contra la localidad kurda de Halabja, lo que dejó un resultado 5.000 muertos.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró el gas sarín como arma de destrucción masiva en 1991. Su producción y uso fue declarado ilegal en 1993 durante la Convención de Armas Químicas, celebrada en La Haya.