Washington. AFP. La mayor asociación de psicólogos de Estados Unidos se unió con el Pentágono y la CIA para elaborar las directrices éticas que validaron los métodos de interrogatorio posteriores a los atentados del 11 de setiembre del 2001 y que se consideran torturas, según un informe difundido el viernes.
Miembros de la American Psychological Association (APA) , incluidos directivos, querían “ganarse el favor” de funcionarios de Defensa, indica el documento de 542 páginas, encargado por el actual consejo directivo de la APA.
Esas personas publicaron unas directrices éticas que se alinearon con los métodos de interrogatorio aprobados por el Gobierno después de los atentados del 11 de setiembre del 2001, como el llamado “submarino” (sumergir al sospechoso en el agua hasta casi asfixiarlo) y la privación de sueño.
La asociación se alió con varios organismos estatales, incluido el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para elaborar directrices éticas para el programa de interrogatorios durante la administración de George W. Bush, según el documento.
Las agencias gubernamentales “querían supuestamente unas directrices éticas permisivas, de modo que sus psicólogos pudieran seguir participando en los severos y abusivos interrogatorios que realizaban esas agencias tras los ataques del 11 de setiembre”, puntualizó el informe encargado por la APA.
“El principal motivo de la APA para actuar de esa manera fue ganarse el favor del departamento de Defensa. Pero hubo otros dos importantes motivos: crear una buena respuesta de relaciones públicas y mantener el ilimitado crecimiento de la psicología en ese ámbito”.
Las conclusiones se conocieron después de que legisladores demócratas de la Comisión de Inteligencia del Senado d ifundieron en diciembre un reporte condenatorio en el que se detallaban los métodos empleados en los interrogatorios, desconocidos hasta entonces, que incluían los golpes y la rehidratación rectal, usados por la CIA contra los sospechosos de pertenecer a al-Qaeda.
Trabajo al lado de la CIA. Según el informe del viernes, el director de la APA para cuestiones éticas, Stephen Behnke, trabajó con un psicólogo militar para elaborar los comunicados públicos sobre la política de la organización y también suscribió un contrato con el Pentágono para entrenar a los interrogadores.
El informe señala que no comunicó al consejo de la APA que estaba entrenando a equipos del Departamento de Defensa.
En respuesta a las conclusiones del documento, la mayor organización de psicólogos del país manifestó el viernes que se abocaría a revisar sus políticas y solicitó que se prohibiera a sus psicólogos participar directamente en interrogatorios.
“El propósito de la organización no fue permitir que se aplicaran métodos abusivos de interrogatorios o contribuir a violar los derechos humanos, pero esos fueron los resultados”, manifestó Nadine Kaslow, presidenta de la comisión independiente a la que se le encargó el informe.
“Lamentamos profundamente, y pedimos perdón por la conducta y las consecuencias que tuvo”, agregó.
La investigación independiente, que duró siete meses, fue conducida por el fiscal David Hoffman del estudio jurídico Sidley Austin tras ser solicitada por el consejo de directores de la APA.
El documento asegura que en el 2005, la APA conformó un equipo para revisar las directrices éticas de la asociación y determinar cuándo sus miembros podían participar en interrogatorios.
Un posterior informe de ese equipo concluyó que la participación de psicólogos en el programa gubernamental de “interrogatorios severos” no violaba el código de ética de la APA.
Supuestamente Behnke “colaboró discretamente con el equipo que elaboró dicho informe”, afirma la investigación.
Otros críticos citados en la investigación sostienen que las decisiones de la APA “fueron intencionalmente tomadas para ayudar al Gobierno a torturar”.
Según la pesquisa, las directrices éticas “priorizaron” proteger a los psicólogos --incluso de quienes pudieron haber tenido conductas no éticas– en detrimento de la protección del público”.
También sostiene que dos expresidentes de la APA integraron comisiones asesoras de la CIA, y que uno de ellos declaró a la agencia de inteligencia que él no pensaba que la privación de sueño constituyera una forma de tortura.