Este nuevo ataque rebelde contra un punto muy protegido de Kabul subraya la falta de seguridad también en la capital afgana diez años después de la llegada de las fuerzas internacionales y unas semanas antes de que empiece su retirada del país, que debería concluir a finales de 2014.
El asalto, que duró más de cinco horas, acabó con la muerte de los seis asaltantes kamikazes, anunció un portavoz del Ministerio de Interior, Siddiq Siddiqi.
Añadió que las fuerzas de seguridad seguían comprobando si quedaban más asaltantes en el hotel.
Además de los asaltantes, murieron diez personas, todas afganas, afirmó la Policía.
Numerosos responsables afganos llegados de todo el país se encontraban la noche del martes en el hotel para participar hoy en una conferencia sobre la transferencia de la seguridad a las fuerzas afganas, según Siddiqi.
Un portavoz de los talibanes, Zabihulá Miyahid, reivindicó el ataque y puntualizó que estaba dirigido contra clientes extranjeros.
Afirmó que habían matado a 50 clientes, entre ellos extranjeros y responsables afganos, y retenido a otros 300 como rehenes. Las cifras facilitadas por los talibanes en materia de víctimas de ataques suelen resultar muy exageradas.
El comando irrumpió poco después de las 23:00 (12:30 p. m. en Costa Rica) en el hotel, situado en la cima de una colina.