Londres. AFP y EFE. Símbolo de Londres, refugio durante la Segunda Guerra Mundial, medio de transporte de 4 millones de pasajeros diarios, el tube , el metro más viejo del mundo, está de aniversario y apagará hoy 150 velas.
El 10 de enero de 1863, después de solo tres años de obras financiadas por una empresa privada, abrió al público la primera línea de metro londinense.
Largas colas se formaron en cada estación para embarcar en uno de los vagones tirados por una locomotora de vapor e iluminados por lámparas de gas. Los pasajeros podían viajar en primera, segunda y tercera clase. Y también en vagones de fumadores y no fumadores a partir de 1874.
El Daily News resumía así la euforia reinante: “Por primera vez en la historia del mundo, los hombres pueden desplazarse en vagones agradables (...) por debajo de las tuberías del gas y del agua... por debajo de los cementerios”.
Los vagones son “tan altos que un hombre de casi dos metros puede permanecer de pie con su sombrero puesto”, se maravillaba uno de los primeros pasajeros, William Hardman.
Esa primera línea, destinada a descongestionar la entonces mayor capital del mundo, colapsada por carretas y diligencias, conectaba Paddington y Farrigdon, y enlazaba tres estaciones de tren.
Dinámico. Un siglo y medio después, el metro de Londres tiene 402 kilómetros y 270 estaciones, y registra más de 1.100 millones de trayectos anuales y con continuo dinamismo. “Es la sangre que irriga Londres”, explicó David Waboso, director de inversiones de Transport for London, el organismo londinense que gestiona el metro .
Se trata de la segunda red de metro del mundo (después de Shanghái) por kilómetros y la primera de la Unión Europea (UE) .
Para celebrar estos 150 de historia, no exento de críticas, los próximos días la empresa a cargo de la red de metro London Overground planea una serie de viajes especiales, la edición de dos monedas conmemorativas y estampillas especiales a cargo del correo británico.
Reconocimiento supremo de su éxito, “el símbolo del tube –un círculo rojo cruzado por una barra horizontal azul– se ha convertido en el símbolo de Londres”, señaló O liver Green, coautor del libro Undergound.
“Todo el mundo se queja del metro “por sus averías, retrasos y precios excesivos ($188, 144 euros el abono mensual para el centro de Londres), pero todos lo necesitan”, agregó Green