Bagdad. AFP. Las fuerzas de seguridad iraquíes comenzaron a votar dos días antes de las primeras elecciones legislativas tras la partida –en el 2011– de las tropas estadounidenses del país, donde ayer murieron al menos 57 personas en ataques contra colegios electorales.
El primer ministro, el chiita Nuri al-Maliki, candidato a un tercer mandato, es el favorito a pesar de las múltiples críticas y la cólera del pueblo, provocada por un alto desempleo endémico, la corrupción y la carencia absoluta de servicios públicos. A todo esto se une el recrudecimiento de la violencia.
Ayer, último día de la campaña, estuvo marcado por varios ataques cruentos contra oficinas electorales y convoyes del Ejército cuando se dirigían a votar. Más de 70 personas resultaron heridas, según fuentes policiales y sanitarias.
El ataque más mortífero, que dejó al menos 30 muertos, tuvo lugar en Janakin, una ciudad iraquí poblada mayoritariamente por kurdos, cerca de la frontera con Irán.
Un kamikaze hizo estallar su cinturón de explosivos cerca de un grupo de personas que se habían reunido a ver un video que, al parecer, mostraba al presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, votando por anticipado en Alemania, donde se encuentra hospitalizado desde el año anterior.
En un colegio electoral al oeste de Bagdad, un atentado suicida dejó al menos siete policías muertos.
En Kirkuk, un kamikaze hizo detonar su carga en otra mesa de votación matando a seis policías, según responsables de seguridad. También hubo ataques en Tuz Jurmatu, al norte de Bagdad, Mosul (norte) y Ramadi, 100 km al oeste de Bagdad, que dejaron 15 muertos.
Los residentes en el exterior votaban desde el domingo, y las fuerzas de seguridad desde ayer para controlar y vigilar el proceso.