Adén AFP La ayuda humanitaria comenzó a llegar ayer a Yemen, dos semanas después del inicio de los bombardeos de la coalición árabe liderada por Riad, mientras se producían nuevos enfrentamientos entre rebeldes chiitas y fuerzas oficiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que más de 640 personas murieron y al menos 2.226 resultaron heridas en el conflicto desde el pasado 19 de marzo.
Varios grupos humanitarios han luchado por llevar ayuda al país, donde la situación empeora por momentos, debido a la lucha encarnizada entre los rebeldes chiitas hutíes y los partidarios del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, que recibió el respaldo de la coalición árabe.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) logró llevar 2,5 toneladas de material médico a Adén (Sur), la segunda ciudad del país, donde los combates entre los rebeldes y las fuerzas progubernamentales se han intensificado en los últimos días.
El cargamento es, sin embargo, insuficiente frente a las inmensas necesidades de la población, sobre todo en Adén, donde la situación es “catastrófica”, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que envió un barco con material y personal médico a la ciudad.
Los combates en los barrios cercanos impidieron, no obstante, descargar la embarcación, explicó el portavoz de la coalición árabe, el general de brigada Ahmed al-Asiri.
Además, uno de los aviones del CICR, que debía aterrizar este miércoles en Saná con 16 toneladas de medicamentos, “no pudo despegar según lo previsto” por “problemas logísticos”, explicó Sitara Jabeen, una portavoz del CICR en Ginebra.
La crisis de Yemen suscita cada vez más preocupación en el extranjero, y grupos humanitarios indicaron que grupos de refugiados estaban llegando a Yibuti.
Cerca de 240 yemenitas ya huyeron a ese país africano (en el Cuerno de África) durante las últimas semanas, según la agencia de la ONU para los refugiados.
Los milicianos chiitas hutíes y sus aliados, militares leales al expresidente Alí Abdalá Saleh, dispararon este miércoles con tanques y morteros sobre varios barrios residenciales de Adén, dejando 22 muertos, indicó un responsable local.
“Dispararon indiscriminadamente (sobre) viviendas de civiles en (los barrios) de Al-Moalla y Crater (...) dejando 22 muertos y más de 70 heridos”, explicó.
La coalición árabe también bombardeó posiciones de los rebeldes en el aeropuerto de Adén, en la base aérea de Al-Anad y en el estrecho de Bab al-Mandeb, en la desembocadura del mar Rojo, donde murieron 17 personas.
Los hutíes conquistaron amplios territorios en los últimos meses, incluido Saná, y cercaron al presidente yemenita en su refugio en Adén, obligándolo a huir a Arabia Saudí.
Riad acusa a Irán, la principal potencia chiita, de respaldar a los rebeldes y ha decidido bombardearlos para impedir la instauración de un Estado favorable a Teherán a sus puertas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Irán se reunió este miércoles con su homólogo paquistaní en Islamabad, y ambos prometieron trabajar para encontrar una solución política al conflicto.
El plan iraní prevé conversaciones de paz, un alto el fuego inmediato acompañado de asistencia humanitaria y la formación de un gobierno de unidad.
Horas antes, el subsecretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, anunció que Washington está entregando armamento y apoyando a la coalición en materia de inteligencia.
La semana pasada, la red extremista sunita al-Qaeda tomó el control de Mukala, capital de provincia en el sudeste yemení, y el martes atacó uno de los últimos bastiones leales al gobierno en la ciudad.
El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, reconoció el miércoles que al-Qaeda está ganando terreno en el país, y que el “conflicto en Yemen está complicando los esfuerzos de Washington en la lucha antiterrorista”.
Entretanto, el grupo extremista sunita ofreció “20 kilos de oro” por el asesinato o la captura del expresidente Saleh y del líder de los hutíes, Abdel Malek al Huthi, en un mensaje publicado en Internet.
Estados Unidos considera a al-Qaeda en la Península Arábiga (AGPA) como la rama local más peligrosa de la organización.