Saná. AFP. Al menos 31 personas murieron y decenas resultaron heridas en una serie de atentados reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), perpetrados este miércoles contra mezquitas chiitas y la casa de un jefe rebelde hutí en la capital de Yemen.
Según testigos y fuentes de seguridad, cuatro coches bombas estallaron frente a mezquitas en Saná y otro tuvo como objetivo la casa del jefe del comité político de los rebeldes hutíes, Saleh al Sammad.
En un comunicado difundido en sitios web islamistas, el EI dijo haber cometido cuatro atentados con coches bomba: dos contra mezquitas, uno contra la sede del comité político de rebeldes hutíes y otro contra la casa de un jefe rebelde.
Los atentados, perpetrados la víspera del comienzo del mes de ayuno del Ramadán, dejaron 31 muertos y decenas de heridos, indicaron fuentes médicas.
Este miércoles también se llevaron a cabo en Ginebra conversaciones en las que la ONU intenta convencer a las partes en conflicto para inicien negociaciones, sin que hasta ahora se haya logrado ningún avance.
“El único punto positivo es que las negociaciones continúan y que ninguna delegación se ha marchado”, explicó un diplomático occidental que sigue las conversaciones.
Una coalición árabe dirigida por Arabia Saudí , donde está instalado el gobierno en el exilio de Abd Rabo Mansur Hadi, bombardea desde finales de mayo las posiciones de los rebeldes chiitas hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán y de fuerzas leales al expresidente yemení, Alí Abdalá Saleh.
Las posiciones de los dos bandos en Ginebra están tan alejadas que la ONU no prevé reunirlos, al menos en un primer momento, sino mantener consultas separadas, lo que en jerga diplomática se denomina “diplomacia de lanzadera”.
El conflicto ha dejado desde mayo 2.600 muertos en Yemen según la ONU, y la situación humanitaria es grave en este país de la península arábiga.