Riad. AFP. Por primera vez, las mujeres participan como candidatas en una campaña electoral en Arabia Saudí, un país ultraconservador del Golfo, donde siguen sometidas a numerosas restricciones civiles y políticas.
Precedidas por una campaña de 12 días, las elecciones municipales del 12 de diciembre son las primeras de la historia de ese país abiertas a las mujeres como electoras y candidatas.
Al referirse a estos comicios, dijeron que esos les “darán confianza”, pues si quieren desarrollar o reformar el país, deben “poner a mujeres en todos los niveles de decisión”, afirmó Nasima al-Sadah, candidata en Qatif (este).
El desafío es inmenso en este reino, que aplica una versión rigurosa del islam. Arabia Saudí no tiene ni una sola ministra y es el único país del mundo donde las mujeres no tienen derecho a conducir.
Asimismo, las mujeres solo pueden salir en público si están cubiertas de los pies a la cabeza, no pueden trabajar, casarse ni viajar sin autorización de su esposo o un hombre de la familia. Tampoco pueden comer solas en restaurantes, aunque el rey
Abdalá desarrolló durante su reinado de diez años (2005-2015) un tímido proceso de apertura. Después de organizar las primeras elecciones municipales, Abdalá otorgó a las mujeres, en el 2011, el derecho de voto y de elegibilidad. Dos años después, nombró mujeres al Majles al Shura, consejo consultivo.
Sadah se muestra satisfecha con el número de candidatas a las municipales, pero deplora el “pequeño número” de votantes femeninas.
En total, 900 mujeres figuran entre los 7.000 candidatos que compiten por 284 concejos municipales, según cifras de la comisión electoral. Pero solo 130.600 mujeres se han inscrito en las listas electorales frente a más de 1,35 millones de hombres, sobre una población de 21 millones de habitantes.
Algunas mujeres lamentan los obstáculos que levantan la burocracia y la ignorancia que prevalece sobre la importancia del proceso electoral.
“Fue muy difícil inscribirme (en las listas)” y “tuve que ir varias veces para que mi nombre fuera inscrito”, expresó Sahar Hasan Nasief, una candidata de Yedá (oeste).
Aún así, esta profesora de universidad jubilada estimó que esta es “una de las primeras etapas en favor de los derechos a las mujeres” y contó que “incluso su madre, de 95 años, se inscribió” para votar.
Las candidatas tienen un obstáculo más que los hombres ya que la prohibición de mezclarse en el reino les impide hablar con los electores del sexo opuesto, sobre todo en los mítines.
Por ejemplo, Sadah podrá hablar frente a las electoras, pero será su portavoz quien dirigirá una reunión pública para los hombres.
“Para nosotras es muy difícil llegar hasta nuestros electores”, subrayó esta candidata. Para hacerse conocer, llevará a cabo una campaña en Twitter y Facebook.
También podrá desplegar pancartas y distribuir panfletos, pero está prohibido para las mujeres y los hombres exhibir su foto.
“No puedo predecir mis posibilidades de ganar pero haré mi mejor esfuerzo”, declaró Safinaz Abu-Alshamat, una candidata de 33 años en la región de La Meca.
“Sinceramente, sería una sorpresa inmensa si una sola mujer es electa”, consideró un diplomático occidental.
Sin embargo, Sadah confía en que puede salir victoriosa ya que dice haber establecido una relación de confianza con los electores de su circunscripción. “Creen en mi”, aseveró.
Pero aún si es elegida, no tendrá mucho poder ya que las facultades de los concejos municipales se limitan al mantenimiento de las calles y parques, así como la recolección de basura.