El Cairo. EFE. La escalada de violencia que sufre Egipto golpeó ayer a la Policía, con la muerte de 24 de sus efectivos en un ataque armado en el Sinaí, el más grave registrado en la península contra las fuerzas de seguridad en los últimos años.
En el actual clima de tensión, los Hermanos Musulmanes acusaron a las autoridades de orquestar dicho golpe para encubrir la muerte, el domingo– en un confuso incidente– de 36 presos islamistas, que, según la cofradía, fueron torturados y calcinados.
Según explicaron fuentes policiales, hombres armados obligaron a los agentes asesinados en el Sinaí a bajarse de los microbuses en los que viajaban y los ejecutaron, en tanto que tres uniformados fueron heridos de gravedad.
Los agresores lanzaron primero proyectiles de mortero contra los vehículos policiales, que circulaban cerca de la localidad de Rafah, en la frontera con la franja de Gaza, Palestina.
También en el Sinaí, en la ciudad de al-Arish, un general de la Policía falleció por disparos de un francotirador y un agente perdió la vida en un ataque a un banco y a la sede de la Fiscalía Militar.
Tras estos ataques, las autoridades egipcias mantuvieron una reunión de urgencia y decidieron cerrar el paso de Rafah, que comunica con Gaza.
Supuesta maniobra. Uno de los portavoces de los Hermanos Musulmanes, Ahmed Aref, aseguró que el Gobierno pretende culpar de la muerte de los policías a los islamistas, pero que “la realidad es más amarga”.
Los agentes fueron “traicionados”, según Aref, quien no descartó que este crimen busque “encubrir la ejecución de los presos cerca de la cárcel de Abu Zabal”.
En ese suceso, la versión oficial –sostenida por la Fiscalía en sus primeras investigaciones– apunta a que los 36 detenidos murieron asfixiados al disparar los policías gases lacrimógenos para sofocar un motín.
Por el contrario, el portavoz del denominado Frente de Defensa de los Detenidos, Mustafá Azab, afirmó que los prisioneros fueron torturados y calcinados, y que las autoridades se niegan a entregar los cuerpos a sus familias a menos que reconozcan que perecieron víctimas de asfixia.
En una rueda de prensa de afines a los Hermanos Musulmanes, un abogado de la cofradía, Ahmed Abu Baraka, reveló que al menos 400 de sus dirigentes han sido detenidos en los tres últimos días.
“Ahora planean asesinar a estos dirigentes detenidos tal y como asesinaron ayer (domingo) a los que estaban arrestados”, agregó Abu Baraka en alusión a lo sucedido en Abu Zabal.
Numerosos líderes islamistas han sido capturados desde el golpe militar que depuso el 3 de julio al presidente Mohamed Mursi , retenido por los militares.
Mursi está preso, acusado de colaborar con el grupo palestino Hamás para perpetrar “acciones enemigas” contra Egipto.