Jerusalén y Tel Aviv. AFP y EFE. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, conseguía anoche un resultado electoral más holgado que el previsto, lo cual fortalece sus posibilidades de encabezar el próximo gobierno, de la mano con otras agrupaciones de derecha.
El escrutinio del 81% de las urnas daba al bloque Likud, de Netanyahu, 31 escaños contra 24 de la alianza Unión Sionista, que encabeza el dirigente laborista Isaac Herzog.
Otra de las notas relevantes de la jornada electoral la dio la Lista Árabe Común , coalición de cuatro partidos, que se erigía como la tercera fuerza en el Parlamento (120 bancas), al obtener entre 12 y 13 curules, de acuerdo con sondeos difundidos por tres canales de televisión.
El escrutinio, empero, le concedía 11 escaños.
Benjamín Netanyahu , exultante, proclamó en Tel Aviv la victoria “contra todos los pronósticos”, y llamó a los grupos políticos de derecha a “construir un gobierno fuerte y estable”.
Herzog se mostró más prudente aunque declaró que los resultados, los mejores del laborismo desde 1992 –según afirmó–, le permitían formar “un verdadero gobierno social”.
Pero “hay que esperar los verdaderos resultados porque por el momento solo tenemos sondeos”, dijo a sus seguidores reunidos en Tel Aviv.
Ventaja para Netanyahu. Al Likud, un sondeo a boca de urna del canal le daba 28 curules, una más que a la Unión Sionista. En cambio, canal 1 y canal 10 concedían 27 a ambos bandos.
Aunque la dispersión de los votos entre una decena de partidos y la complejidad de las alianzas posibles obligan al próximo primer ministro a gestionar acuerdos con otras fuerzas, los analistas veían a Netanyahu –en el poder desde marzo del 2009– con ventaja para que el presidente Reuven Rivlin le encomiende la formación del próximo gobierno del Estado hebreo.
Sería su tercer mandato consecutivo y el cuarto contando el que ejerció entre 1996 y 1999.
“Netanyahu lo ha conseguido. Ha logrado subir la pendiente al final. Puede formar un gobierno de derecha con los partidos religiosos y Avigdor Lieberman, o bien un gobierno de unión nacional”, manifestó Claude Klein, especialista de derecho constitucional en la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Herzog no tiene ninguna posibilidad de constituir una mayoría que dependería del apoyo de la lista árabe”.
Esta, por su parte, tendrá un peso considerable en la próxima legislatura, aunque los analistas descartan cualquier posibilidad de integrarse al nuevo gobierno, ya sea de centroizquierda o de centroderecha.
El bloque árabe incluye a cuatro partidos de ideología nacionalista, islámica y demócrata.
“Tenemos un mayor peso político y nos sentimos más fuertes”, expresó el diputado Yamal Zahalke, quien estimó que la la Lista Árabe obtendrá 14 bancas.
Estas elecciones, en las que participaron un 71,8% de ciudadanos (67,8% en el 2013), eran, en gran medida, un referéndum sobre la gestión de Netanyahu.
Este las convocó dos años antes de lo previsto, cuando a fines de 2014 rompió la coalición gubernamental, creyendo estar en posición de fuerza frente a sus adversarios, en particular Herzog, a, varias veces ministro, a quien se reprocha falta de carisma.