Jerusalén. AFP El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, trató ayer de rebajar la indignación entre los palestinos por los últimos hechos en torno a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, pero una manifestación de ultranacionalistas judíos desafió su llamado a reducir la tensión.
Unos 150 extremistas judíos, mayoritariamente jóvenes religiosos, se dirigieron hacia la Explanada en la ciudad vieja, no solo para reclamar el derecho a rezar (ahora solo pueden visitarla), sino para apoderarse de ella, constató la agencia AFP.
“El pueblo judío está ligado al Monte del Templo (como conocen la Explanada los hebreos)”, afirmó el exdiputado Michael Ben Ari. ¿Por qué rezaban nuestros ancestros? ¿Por los bares de Tel Aviv, por los paseos en Haifa? Rezaban para volver aquí”.
Los extremistas, que apenas pudieron acercarse debido a la presencia policial, debieron contentarse con terminar su marcha junto al Muro de las Lamentaciones, a los pies de la Explanada.
En el clima de crispación que vive Jerusalén desde el verano , la llamada a marchar hasta las puertas del Monte del Templo hacía temer un nuevo estallido de violencia.
Sin embargo, declaraciones incendiarias como las de Ben Ari son percibidas como provocaciones por parte de los palestinos y los musulmanes en su conjunto.
Jerusalén Este, parte palestina de la ciudad anexionada y ocupada por Israel en 1967, vive una tensión creciente que, según muchos analistas, podría derivar en una tercera intifada. La Explanada de las Mezquitas, donde se halla la mezquita de al-Aqsa, se ha convertido en las últimas semanas en el centro de los incidentes.
Los palestinos acusan con regularidad a Israel de tratar de modificar el statu quo de 1967 por el que los judíos pueden entrar al complejo, pero no tienen derecho a orar allí . Según la ley judía, está prohibido caminar y rezar en ella mientras no llegue el Mesías y lo reconstruya.
Netanyahu ha dicho en varias ocasiones que no va a modificar el estatuto de la Explanada, pero los musulmanes temen que quiera hacer concesiones a los radicales para comprometer su voto para el 2015.
Jordania, guardiana de la Explanada y portavoz de la indignación de los musulmanes, llamó a consultas a su embajador en Israel para protestar por la entrada de la Policía israelí a al-Aqsa para expulsar a jóvenes palestinos que habían apedreado a radicales judíos.
Netanyahu llamó al rey Abdalá II de Jordania para tratar de resolver la situación y le reiteró que no pretende hacer cambios en el statu quo del complejo. Empero, la ocupación, la guerra en Gaza, el aumento de las colonias, los continuos arrestos y el desempleo entre palestinos e israelíes, se apilan para caldear el ambiente.