Jerusalén
Siria fue escenario, este viernes, de fuertes tensiones en Oriente Medio con un ataque de Israel y con la supuesta destrucción por parte de Estados Unidos, de una mezquita con 49 personas en su interior.
Israel afirmó el viernes que su Fuerza Aérea atacó en Siria armamento "sofisticado" destinado al movimiento chiita libanés Hezbolá, un aliado del régimen de Bashar al-Asad en este país en guerra.
El ataque fue antes del alba, cerca de Palmira (centro) y provocó una respuesta antiaérea de las fuerzas sirias y un disparo de misil en dirección del territorio israelí, que fue interceptado.
El incidente es el más grave entre los dos vecinos desde que comenzó el conflicto en Siria, en marzo del 2011.
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El Ejército sirio afirmó haber derribado un avión israelí y haber alcanzado otro, lo que Israel niega.
En declaraciones retransmitidas por los principales canales de televisión de Israel, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, afirmó que el ataque fue contra armas "sofisticadas" destinadas a Hezbolá.
Netanyahu subrayó que la Fuerza Aérea volvería a lanzar ataques similares si fuera necesario.
Preventivo
"Cuando identificamos intentos para transferir armamento sofisticado para Hezbolá y tenemos las informaciones de los servicios de inteligencia, actuamos", dijo.
"Así actuamos ayer (jueves) y así continuaremos actuando", explicó. "Estamos totalmente determinados, como lo muestran nuestras acciones. Todo el mundo debe tener eso en cuenta. Todo el mundo".
Es totalmente inusual que Israel confirme, como lo ha hecho, un ataque así.
Israel ha atacado regularmente posiciones sirias en los Altos del Golán, en respuesta a supuestos disparos perdidos generados por el conflicto al otro lado de la frontera.
Israel se anexionó en 1981 la parte del Golán (1.200 km2) que ocupaba desde 1967 y la Guerra de los Seis Días. Esta anexión jamás fue reconocida por la comunidad internacional, que sigue considerando este territorio como sirio. Unos 510 km² siguen bajo control sirio.
Israel sigue también con atención el conflicto sirio dada la posibilidad de que Irán continúe enviando armas al Hezbolá pero también de que abra gradualmente un nuevo frente cerca del territorio israelí.
Luego del ataque de este viernes, el ejército israelí dio cuenta de varios disparos de misiles antiaéreos sirios, uno de los cuales fue interceptado por el sistema israelí de defensa antiaérea.
Este misil tenía en la mira un avión que ya se encontraba en el espacio aéreo israelí, de regreso de la misión, según la prensa israelí. Habría sido derribado por el sistema Arrow, lo que sería uno de los primeros casos de uso operacional de este sistema de defensa.
Las sirenas de alerta advirtiendo de un peligro a la población civil se escucharon en varias localidades del valle del Jordán, que separa Israel de Jordania, y se extiende en dirección de Siria.
La respuesta siria podría reflejar una actitud más agresiva del régimen de Asad, confortado por sus victorias frente a los rebeldes y el apoyo continuo de Rusia, estiman los expertos israelíes.
Según el Ejército sirio cuatro aviones caza israelíes "entraron en el espacio aéreo a las 02:40 (hora local) por territorio libanés y alcanzaron un blanco militar cerca de Palmira".
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"Nuestra defensa aérea derribó un aparato, alcanzó otro y obligó a los demás a huir", se indica en el comunicado.
Israel desmintió que uno de sus aviones fuera derribado. "La seguridad de los civiles israelíes o del aparato de la aviación israelí no se ha visto amenazada en ningún momento", aseguró el ejército.
Israel está oficialmente en estado de guerra desde hace décadas con Siria. Las relaciones entre ambos países son malas, sobre todo al ser apoyado el régimen sirio por el movimiento chiita libanés Hezbolá así como por Irán, el otro gran enemigo de Israel.
Mezquita destruida
Estados Unidos reconoció haber efectuado un ataque en el norte de Siria contra al-Qaeda, pero negó, ofreciendo una foto como prueba, que el objetivo fuese la mezquita donde murieron 49 personas, según un nuevo balance publicado este viernes.
La mayoría de las víctimas de la incursión del jueves por la noche en el pueblo de Al Jineh, en la provincia de Alepo, son civiles, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Esta localidad está controlada en su totalidad por rebeldes, y no por yihadistas, presentes en otras partes de esta provincia y la provincia vecina Idleb (noroeste), precisó la ONG, dando cuenta de un balance de 49 muertos, además de un centenar de heridos.
Según un corresponsal de AFP en el lugar, hay dos mezquitas, una cerca de la otra, y las dos tienen el nombre de Omar ben al Jatab. La mezquita más moderna fue totalmente destruida y la otra fue dañada.
Al final de la tarde, los "cascos blancos", socorristas de las zonas rebeldes del país, intentaban hallar gente entre los escombros del templo. Alrededor del lugar había restos de libros del Corán.
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En un comunicado, el coronel John J. Thomas, portavoz del mando central de las fuerzas de Estados Unidos en Oriente Medio, aseguró que el "objetivo no era una mezquita, sino un edificio donde había una reunión (de al-Qaeda), situado a unos 15 metros de la mezquita, que continúa en pie".
El mando militar confirmó que es la misma incursión hecha en el pueblo de Al Jineh, 30 km al oeste de Alepo.
El portavoz del Pentágono, Jeff Davis, mostró una foto aérea de la mezquita en cuestión, todavía en pie junto a un edificio muy dañado.
"La mezquita sigue en pie, relativamente intacta", manifestó Davis.
"Vi una declaración estadounidense que dice que el objetivo era un reunión de al-Qaeda, pero eso no es cierto. Solo había civiles que rezaban en la mezquita", dijo Abu Omar, un habitante de Al Jineh.
Un hermano de una de las víctimas, Saleh Said al Sheij, también afirmó que "es una mezquita la que fue atacada".
A pesar del acuerdo de alto el fuego establecido en diciembre de 2016 por Rusia, aliado del régimen de Bashar al Asad, y Turquía, apoyo de los rebeldes, la violencia continúa en el país.
El conflicto sirio, que se desencadenó a raíz de la represión contra las manifestaciones que pedían reformas en marzo de 2011, se ha vuelto cada vez más complejo con el ascenso de grupos yihadistas y la implicación de fuerzas regionales y potencias internacionales en un territorio muy dividido.
En seis años, la guerra en Siria ha dejado más de 320.000 muertos.