Mosul, Irak
Un mes después del inicio de su ofensiva, las fuerzas iraquíes avanzaban al sur y al oeste de Mosul con el fin de aislar a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) e impedirles que viajen a la vecina Siria, pero enfrentan una obstinada resistencia de los islamistas en barrios densamente poblados y callejones.
Las milicias que luchan a favor del Gobierno avanzaban hacia Tal Afar, al oeste de la segunda ciudad del país, y se situaban ya en el aeropuerto.
Este punto es clave, ya que es el paso previo para tomar el conjunto de esa localidad ubicada a 50 kilómetros al oeste de Mosul.
En tanto, las tropas que buscan alcanzar Mosul por el sur también tienen a tiro el aeropuerto.
Pero antes deben vencer las barricadas construidas con metales retorcidos y escombros y otros obstáculos con los cuales el EI intenta frenar la marcha de las fuerzas gubernamentales.
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Al entrar, el jueves, en su segundo mes las operaciones de reconquista de la ciudad, las fuerzas de Irak se preparan para una prolongada y extenuante guerra urbana ante un rival que no tiene la menor intención de abandonar ese bastión.
El Ejército y las milicias han adoptado una actitud cautelosa, avanzando unos pocos cientos de metros a la vez, a pesar de que superan ampliamente los aproximadamente 5.000 combatientes que se cree tiene el EI en la ciudad.
Cientos de miles de civiles permanecen en Mosul a pesar de la ferocidad y la magnitud de la resistencia del EI, que es algo que las fuerzas regulares nunca habían visto. La determinación de los combatientes islamistas es tal que la abrumadora superioridad numérica y de equipo no alcanza para una victoria rápida y es previsible que la campaña dure semanas, si no más.
Las tropas del Gobierno penetraron dentro de territorio controlado por el EI y tropezaron con una fuerte resistencia. Fuerzas especiales se apoderaron de cuatro barrios orientales de Mosul: Zahra, Qadisiya, Tahrir y Gogjali. Pero eso representa menos de una décima parte de la ciudad.
Ahora, las fuerzas regulares tratan de avanzar hacia el centro de Mosul y tropieza con la presencia de la población civil, que les impide bombardear desde el aire para despejar el camino.
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Además deben cuidarse de los informantes del EI que puede haber entre la población civil.
"Controlamos la zona", afirmó el mayor Ahmed Mamouri, aludiendo a Zahra. "Ya no hay combatientes, pero algunos civiles siguen apoyando a Daesh (acrónimo del EI en árabe)", agregó.
Víctimas civiles. En tanto, los civiles heridos seguían intentando huir del este de Mosul, donde las tropas del gobierno ya se enfrentaban en las calles a los yihadistas.
Tras un ataque con mortero hacia las 11 a. m. (2 a. m. en Costa Rica), los primeros heridos comenzaron a llegar a un hospital de campaña instalado en la periferia, que cuenta con nueve catres clínicos, que quedaron copados en pocos minutos.
El resto de los lesionados fueron colocados en sillas de plástico o en frazadas directamente sobre el suelo, mientras esperaban a ser atendidos.
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Solo en la mañana del jueves, el fuego de mortero y las bombas mataron a tres niños e hirieron a decenas de personas, indicó Hosam al Nuri, que trabaja en la clínica.
Los médicos colocaron a un fallecido en una bolsa de plástico blanca, mientras uno de sus parientes sollozaba.