Vilna y Ciudad del Vaticano. AFP y EFE. Los países europeos coincidieron ayer en la necesidad de una respuesta internacional “fuerte” en Siria, aunque no apoyaron el proyecto de intervención militar defendido por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Un día después de la cumbre del G-20 en la que el presidente estadounidense, Barack Obama, no consiguió un amplio respaldo internacional, el mandatario pidió al Congreso norteamericano que apruebe una intervención militar contra Siria.
“Somos Estados Unidos. No podemos seguir con los ojos vendados ante las imágenes que hemos visto de Siria”, declaró en su alocución semanal en la radio.
Estados Unidos obtuvo la satisfacción de que Alemania se adhiriera al llamamiento a una “respuesta internacional fuerte” a los ataques químicos cometidos el 21 de agosto en las afueras de Damasco, que la víspera firmaron 11 países presentes en el G-20.
Sin retomar exactamente los términos de este llamamiento, los cancilleres de la Unión Europea (UE) llegaron a un acuerdo en Vilna sobre la necesidad de una “respuesta clara y fuerte”.
Damasco, sospechosa. Leyendo la declaración final, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, precisó que los ministros estaban de acuerdo en que había “fuertes sospechas” de que el régimen sirio era responsable de la utilización de armas químicas en los ataques que causaron cientos de muertos en los suburbios de Damasco.
Sin embargo, los ministros insistieron en que “solo una solución política puede poner fin a este terrible baño de sangre, a estas graves violaciones de los derechos humanos y a la destrucción de Siria”.
John Kerry, quien viajó hasta Vilna para explicar la posición de Washington, celebró este acuerdo.
“Estamos muy satisfechos con la declaración” de los europeos, “una declaración fuerte basada en el principio de responsabilidad”, declaró antes de dejar Lituania.
Los países europeos más prudentes mostraron su satisfacción por el compromiso que el viernes asumió el presidente francés, François Hollande, de esperar a la publicación del informe de la ONU antes de que su país se embarque en una operación militar.
Solución pacífica. Mientras los ministros de la UE se reunían en Vilna, en el Vaticano el papa Francisco sostuvo ayer que sí es posible hallar una solución al conflicto que desangra Siria .
Francisco, quien fue interrumpido varias veces con aplausos, presidió el sábado la vigilia de oración para pedir la paz en Siria y Oriente Medio, convocada junto a una jornada de ayuno a la que fueron invitados todos los católicos, los cristianos, los fieles de cada religión y los hombres de buena voluntad.
Ante unas 100.000 personas, según cifras oficiales, que abarrotaban la plaza de San Pedro y los alrededores donde fueron colocadas pantallas gigantes para seguir el acto, el Papa hizo un llamamiento al fin de la guerra: “ !Que termine el sonido de las armas! ” , exclamó.