El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió en su aspiración a establecer un sistema presidencialista en su país, en lugar del actual parlamentario, y abogó por celebrar al respecto un referendo lo antes posible.
"Para ser fuerte y garantizar la estabilidad y confianza, en lugar de las continuas crisis que se abren paso en el sistema actual, es necesario someter (la reforma de la Constitución) cuanto antes a nuestra nación", afirmó el jefe de Estado.
Erdogan se refirió así a un futuro referendo constitucional que ha pedido reiteradamente desde el año pasado y que marcó al día siguiente de las elecciones de noviembre como "prioridad".
Esta reforma de la Carta Magna debería, en opinión de Erdogan, dar amplios poderes ejecutivos al presidente, cargo que ahora es en gran medida representativo y, según la Constitución, equidistante a todos los partidos políticos.
Las declaraciones del presidente, realizadas durante un ceremonia en Estambul, llegan un día después de que el primer ministro, Ahmet Davutoglu, anunciara su próxima dimisión por falta de respaldo de su partido, el islamista AKP, fundado por Erdogan.
Los analistas creen que Erdogan consideraba a Davutoglu poco entusiasta a la hora de promover esa reforma que habría transferido sus poderes al jefe del Estado, si bien nunca se opuso públicamente. Pero de todas formas, el AKP no puede convocar el referendo propuesto por Erdogan, ya que le faltan 13 escaños para la mayoría de tres quintos en el Parlamento, mínimo necesario.
Dado que los demás tres partidos se han opuesto rotundamente a una reforma que debilitaría al Parlamento como lugar de toma de decisiones, hay cada vez más rumores sobre una supuesta intención de convocar elecciones anticipadas para que el AKP aumente sus escaños. Sin embargo, un asesor cercano a Erdogan, Cemil Ertem, descartó el jueves esta posibilidad, en un intento de tranquilizar a los mercados financieros que ven con recelo la aventura de una nueva cita con las urnas.