Damasco. AFP. El ejército sirio encontró una fosa común con los cadáveres de 42 civiles y militares ejecutados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI), en la ciudad de Palmira, reconquistada recientemente.
Según la fuente militar y la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, se trata de los restos de oficiales y sus familiares, ejecutados por el grupo extremista tras la entrada del EI en la ciudad en mayo de 2015.
“El EI mató a por lo menos 280 personas durante la ocupación de Palmira”, declaró Rami Abdel Rahman, director de la ONG. Las ejecuciones tuvieron lugar en el teatro romano de la ciudad, agregó.
A pesar de los horrores de la guerra en Siria, que ha causado más de 270.000 muertos desde marzo del 2011, los descubrimientos de fosas comunes son raros en este país.
Los yihadistas destruyeron numerosos tesoros arqueológicos de esta ciudad, conocida como “la perla del desierto”.
Temor. A casi una semana de la toma de la ciudad por las fuerzas sirias, la población, estimada entre 50.000 y 70.000 personas antes de la guerra y en 15.000 pobladores durante la presencia de los yihadistas, no había regresado a Palmira.
“La gente tiene miedo de las represalias del régimen y también de las minas enterradas a través de toda la ciudad por el EI”, indicó Abdel Rahmane.
“Además, muchas casas fueron destruidas por los bombardeos de la aviación rusa antes de la toma de Palmira”, agregó.
A 70 km al oeste de Palmira, el Ejército bombardeaba, de forma intensa, la ciudad de Sokhné, todavía en manos del EI y que el régimen quiere recuperar para reforzar la seguridad.
“Si el régimen toma Sokhné, luego partirá de ahí para iniciar una ofensiva contra la provincia de Deir Ezzor”, controlada mayoritariamente por los yihadistas, según Abdel Rahmane; Sokhné se encuentra a unos 50 kilómetros de esta provincia, rica en petróleo.
Las autoridades sirias habían afirmado que Palmira sería la base para lanzar las operaciones contra el EI, en especial en Deir Ezzor, en el este.