El Cairo. EFE y AFP. Egipto inauguró la nueva etapa impuesta por el Ejército con un nuevo presidente interino, Adli Mansur, quien juró su cargo en sustitución de Mohamed Mursi, mientras seguía la búsqueda y detención de líderes de los Hermanos Musulmanes.
En una solemne ceremonia, Mansur prestó juramento ante la Asamblea General del Tribunal Constitucional, la instancia que él mismo presidía hasta ayer.
“La revolución del 30 de junio ha corregido la revolución del 25 de enero del 2011 (que derrocó a Hosni Mubárak)”, dijo Mansur, para quien el domingo los millones de egipcios que pidieron la renuncia de Mursi lograron “reunificar el pueblo sin divisiones”.
Durante su periodo como interino, Mansur deberá convocar y supervisar elecciones presidenciales y podrá hacer declaraciones constitucionales y designar a un jefe de gobierno con prerrogativas.
El titular del Constitucional reemplazó a Mursi en la Presidencia, de acuerdo con el plan trazado por las Fuerzas Armadas, que el miércoles depusieron al islamista con el respaldo de líderes religiosos, políticos y de ciudadanos que salieron en masa a las calles.
La nueva hoja de ruta establece también la suspensión temporal de la Constitución, que deberá ser remodelada por un comité de expertos, y la formación de un gobierno de unidad nacional.
El Ejército hizo un llamado a la unidad y la “reconciliación”, llamando en particular a rechazar “la venganza” para “lograr la reconciliación nacional”, en un comunicado publicado en la página Facebook oficial de su portavoz.
Detenciones. El derrocamiento de Mursi pone fin a un año de poder islamista, marcado por repetidas crisis e importantes protestas, y abre el camino hacia una delicada transición en este país, profundamente dividido entre partidarios y opositores al presidente derrocado.
Tras el golpe, una de las primeras medidas que han tomado las autoridades, fue detener a líderes de los Hermanos Musulmanes , el grupo islamista en el que militó Mursi hasta ganar el poder hace un año en las primeras elecciones presidenciales democráticas de Egipto.
Por el momento, se desconoce dónde está Mursi, aunque un portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gihad Hadad, señaló que está retenido. Contra él pesa una orden judicial, emitida ayer, que prohíbe su salida del país.
Al islamista lo investigan por haber insultado al Poder Judicial junto a otros ocho dirigentes de la Hermandad, a través de los medios de comunicación.
El guía supremo de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badie, fue detenido por la Policía Militar “por incitar a matar a manifestantes”. También fue detenido un adjunto de él, Rached Bayumi.
La aprehensión del principal y más influyente dirigente de los Hermanos Musulmanes es la última etapa de una serie de medidas adoptadas por las autoridades desde el inicio del golpe.
Los Hermanos Musulmanes rechazaron “el golpe de Estado contra el presidente elegido y la voluntad del pueblo”, y se negaron a participar en ningún trato con las nuevas autoridades.
También pidieron a los manifestantes que protesten de manera pacífica y criticaron cualquier tipo de violencia.