El Cairo. EFE. La nueva Constitución egipcia fue aprobada por el 98% de los votantes en el referéndum de esta semana, en el que la participación fue del 38,6%, lo que para las autoridades supone un espaldarazo a su hoja de ruta.
El resultado anunciado ayer por la Comisión Electoral confirma la aplastante victoria del “sí” –sobre la que había pocas dudas– en este primer paso de la etapa transitoria, que arrancó tras el golpe militar que depuso al presidente islamista Mohamed Mursi en julio del 2013.
Los egipcios tendrán en los próximos meses otras dos citas con las urnas, probablemente la primera para elegir presidente, un puesto al que podría presentarse avalado por el respaldo a la Carta Magna el jefe del Ejército y “hombre fuerte” del país, Abdel Fatah al Sisi.
Unos 20 millones y medio de ciudadanos, de los 53 con derecho a voto, sufragaron en el plebiscito pese al boicot de los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines, que convocaron protestas esos días.
El presidente de la Comisión Electoral, Nabil Salib, dijo en rueda de prensa que solo 381.341 personas votaron por el “no” en la consulta, debido a los casi inexistentes llamamientos hacia esta opción.
El Gobierno interino alardeó en la segunda jornada del plebiscito de la alta participación, la piedra angular de una consulta con la que las autoridades civiles y militares buscaron legitimar el plan transitorio trazado tras el golpe.
Como dijo el primer ministro, Hazem Beblaui, la aprobación de la nueva Carta respalda “la aplicación de la hoja de ruta que pretende colocar a Egipto en la fila de países avanzados y democráticos”.
El objetivo de la participación se logró en parte, ya que aunque no fue tan alta como esperaba el Ejecutivo, por lo menos supera el 33% que acudió a votar en diciembre de 2012 la anterior Carta Magna, aprobada con un 64% de los sufragios.
La Ley Fundamental hoy refrendada enmienda esa Carta Magna, redactada por una mayoría islamista y suspendida por los militares en julio pasado tras el golpe.
Elaborado por un comité de predominio liberal, el nuevo texto rebaja el tono islamista del anterior, al quedar los principios de la “sharía” o ley islámica a la interpretación del Tribunal Constitucional, en tanto que se prohíben los partidos políticos con base religiosa.
El Ejército sale fortalecido en esta Constitución, ya que podrá designar al ministro de Defensa durante los próximos ocho años y mantiene el control sobre su presupuesto. El respaldo a los militares se ha disparado en los últimos meses, con Al Sisi convertido en un “héroe” para una parte de los egipcios, que lo ven como nuevo presidente del país.
Todo apunta a que las elecciones presidenciales serán antes que las parlamentarias, pese a que la hoja de ruta decía lo contrario.