Damasco. AFP. El jefe del Frente al-Nosra, la rama siria de al-Qaeda, amenazó ayer con desplazar la batalla a Occidente, en su primera intervención desde que comenzaron los bombardeos contra su organización y contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria.
“Sus dirigentes no son los únicos que pagarán el precio de la guerra, ustedes también van a pagarlo caro”, aseguró Abu Mohamad al- Julani en una grabación de audio difundida en Internet un día después de que se publicaran otras amenazas del Frente al-Nosra.
“¿Qué han ganado con su guerra contra los musulmanes y los yihadistas, aparte de tragedias y dolor sobre sus países y sus hijos?”, preguntó al-Julani, en referencia a la muerte de soldados en Irak y Afganistán y de civiles en los atentados del 11 de setiembre del 2001.
Estados Unidos lanzó una campaña de ataques aéreos sobre posiciones del EI en Irak que el martes pasado amplió a Siria , tomando como objetivo principalmente posiciones del Frente al-Nosra y de miembros del Jorasán, un grupo vinculado a al-Qaeda que, según Washington, preparaba atentados en su territorio y en Europa y cuyo jefe habría sido liquidado.
Francia se sumó a las operaciones en Irak , mientras que la coalición internacional que encabeza Estados Unidos cuenta con el respaldo de aviones jordanos, saudíes y emiratíes.
“Estos Estados han cometido un acto horrible que los pondrá en la lista de objetivos de las fuerzas yihadistas en el mundo entero”, afirma en un video el portavoz de la franquicia siria de al-Qaeda, Abú Firas al-Suri, para quien esta larga guerra podría durar décadas.
Ofensiva. La coalición internacional bombardeó nuevas refinerías controladas por el EI en Siria.
Los bombardeos golpearon cuatro plantas de tamaño modesto utilizadas por el EI, así como el centro de comando y control del EI en el norte de Raq, según el Centro de Comando estadounidense (Cetcom) encargado de Oriente Medio.
En los últimos días, la coalición encabezada por Estados Unidos ya atacó al menos 12 refinerías controladas por el grupo yihadista en el este de Siria, ataques con los que busca cortar una importante vía de ingresos para los extremistas, que venden de contrabando el petróleo a través de Turquía.
Desde el inicio de los bombardeos aéreos, la extracción en los campos petroleros bajo control del EI ha cesado prácticamente.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, admitió el domingo que Estados Unidos subestimó la oportunidad que una Siria en conflicto supondría para los militantes yihadistas a la hora de reagruparse y reaparecer en escena.
Por su parte, el jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó ayer que Turquía no puede quedarse fuera de la coalición internacional contra el Estado islámico, y que su país decidirá esta semana de qué manera se implica.
La prudente posición que tomó Turquía durante los últimos meses decepcionó a Occidente, pero el reciente viaje de Erdogan a Estados Unidos parece haber cambiado su opinión.