Montevideo. AFP. Tras un viaje de dos días y recorrer más de 12.000 kilómetros, 42 refugiados sirios llegaron ayer a Uruguay, donde recibieron una cálida bienvenida encabezada por el presidente José Mujica y los niños comenzaron su adaptación... jugando al fútbol.
La anunciada llegada se desarrolló bajo un estricto operativo de seguridad que impidió el acceso de la prensa, pero menos de una hora después de su arribo media docena de niños sirios jugaban al fútbol en los amplios jardines de la casa de los Hermanos Maristas que los alojará en los primeros meses, constató una periodista de la AFP.
“Creo que los chicos son los que más rápido se integran”, comentó a Mujica, quien los recibió personalmente y luego llamó a otros países de la región a albergar refugiados.
“Pienso que otros países tienen que ayudar. Sé que Brasil ya está en el asunto acá en América”, indicó, adelantando que convocará a acciones similares cuando Uruguay asuma la presidencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la próxima cumbre del bloque, aún sin fecha definida.
El primer grupo de refugiados está compuesto por cinco familias: una de 14 integrantes, otra de 12, dos más con con seis integrantes cada una y una última de cuatro. La mayor parte de ellos son niños, el principal requisito del gobierno a la hora de la selección. Un segundo grupo de unos 80 refugiados llegará en febrero del 2015.
“En algunos hay un poco de ansiedad, otros están muy contentos”, contó a periodistas el secretario de Derechos Humanos Javier Miranda, a cargo de la llegada de los refugiados y que realizó el viaje junto a ellos desde Líbano.
Muestran las “emociones de seres humanos que están eligiendo de alguna manera retomar un proyecto de vida, realizar derechos”, añadió.
Entre quienes fueron a recibirlos estaba Hassan Mamari, un sirio radicado desde hace décadas en Uruguay , donde es profesor universitario de Lengua y Literatura Árabe.
Es un día “alegre y triste. Triste porque me imaginé lo que está pasando en mi país, que nunca imaginé que iba a ser esta situación horrible. Y alegre porque recibí parte de mi tierra, gente de mi país, en este país maravilloso que es Uruguay “, declaró.
Los primeros dos meses en el país las familias vivirán en el hogar de los Maristas, donde aprenderán español y tendrán una primera aproximación a la cultura uruguaya, al tiempo que se capacitará a los adultos para que puedan sumarse al mercado laboral.
Se espera que paulatinamente los menores puedan integrarse al sistema educativo formal.
El ambicioso programa de reasentamiento, que implica ayudarlos a conseguir trabajo y vivienda y asistirlos durante dos años, costará al país sudamericano entre 2,5 y 3 millones de dólares.
En una segunda etapa está prevista la llegada de otros 80 refugiados, a fines de febrero de 2015.
Uruguay es el primer país latinoamericano en implementar un plan de reasentamiento de este tipo, que elaboró en coordinación con el Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y con el respaldo de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
“Para nosotros es un momento de reivindicación con las mejores tradiciones de Uruguay , de prestar apoyo, asistencia y soluciones humanitarias en momentos difíciles”, señaló el jueves a periodistas el canciller Luis Almagro, cuyo relato sobre los campos de refugiados en Jordania llevó a Mujica a lanzar el programa.
Tras más de tres años de sangrienta guerra civil y el más reciente avance de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), Acnur estima que el número de refugiados sirios ya superó los tres millones, una cifra cercana a la población total de Uruguay .