Río de Janeiro. AFP. Una huelga de conductores de autobús en reclamo de mejores salarios, afectó ayer la circulación en cuatro ciudades de Brasil, en un contexto de reivindicaciones de movimientos sociales y políticos que presionan al Gobierno a 15 días del Mundial.
En Salvador de Bahía, una de las 12 ciudades sede de la Copa, varios vehículos de la Policía Militar debieron escoltar los autobuses que circulaban por las calles en el tercer día de huelga. Finalmente, un acuerdo sobre un alza de sueldos de 9% puso fin ayer a la paralización.
São Luiz do Maranhao atraviesa su sétimo día de huelga de autobuses, mientras en Florianópolis la paralización es de 24 horas.
En Río de Janeiro , donde hay huelga de choferes por tercera vez en el mes, “el 80% de la flota de autobuses circula con normalidad”, aseveró el secretario de Transportes, Alexandre Sansao.
Los huelguistas de Río, un grupo disidente del sindicato de transportistas, reivindican un 40% de aumento de salarios, mientras el sindicato negoció y obtuvo en marzo un alza de 10%.
Durante las huelgas anteriores en Río, más de 500 autobuses fueron incendiados o destrozados por los huelguistas, con un perjuicio financiero estimado en 17 millones de reales ($7,6 millones).
Además de los conductores de autobuses, profesores y agentes de seguridad bancarios están en huelga en municipios y estados.
Tensión. El Mundial, que tendrá lugar del 12 de junio al 13 de julio, otorga más visibilidad a los reclamos. El país celebrará elecciones en octubre, cuando la presidenta Dilma Rousseff se juegue la reelección.
Convocados por las redes sociales, más de un millón de brasileños salieron a las calles en junio pasado , durante la Copa Confederaciones, a pedir más dinero para la salud, la educación y el transporte, y menos para el Mundial 2014.