Asunción. AP y AFP. La Asamblea General de la OEA aprobó ayer, por unanimidad, una declaración para la inclusión social, el respeto a los derechos humanos y erradicación de la discriminación e intolerancia, entre otros.
El contenido del documento de la 44.ª Asamblea a de la Organización de Estados Americanos (OEA) fue presentado en conferencia de prensa por el canciller paraguayo Eladio Loizaga y el secretario general del organismo, José Miguel Insulza.
Una recomendación indicó que los Estados deben establecer “políticas públicas intersectoriales de protección e inclusión social con miras a fortalecer el respeto de los derechos humanos y la adopción de medidas integrales para la plena y efectiva participación en la sociedad de todas las personas, en particular aquellas en situación de vulnerabilidad ” .
Puso énfasis en “la implementación de políticas económicas y sociales integrales e inclusivas, tendientes a profundizar el desarrollo económico con equidad, fomentar la inversión, el emprendedurismo y la generación de trabajo decente, digno y productivo en todos los sectores, con el fin de reducir las inequidades en el ingreso y las desigualdades sociales” .
También apeló a garantizar a las mujeres “la plena equidad e igualdad de acceso, oportunidades, participación y liderazgo” en los procesos de desarrollo”.
Haciendo equilibrio. El foro se esmeró en alcanzar pronunciamientos salomónicos en los asuntos que parecían volver a fracturar a los miembros de la OEA, como la crisis política que atraviesa Venezuela y la propuesta impulsada por Ecuador para reformar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Sobre Venezuela, Insulza lamentó el estancamiento del diálogo en el país petrolero, pero llamó a la comunidad internacional a apoyar el proceso “sin presiones ni sanciones”, palabras que Caracas agradeció mientras Washington reiteró que no apoya por ahora las sanciones contra funcionarios venezolanos que impulsa la Cámara de Representantes.
El proyecto de resolución para reformar la CIDH que trajo Ecuador el martes y que generó polémica en los pasillos, aparecía ayer en términos muy matizados y se retiró su propuesta más controvertida: considerar la mudanza de la sede de la CIDH de Washington, como rezaba la versión original.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, arguyó en la sesión que “ la realidad cambió y los organismos deben también adaptarse a los cambios ” .
Especificó que la OEA debe impulsar “un espacio integral de derechos humanos al que puedan recurrir individuos y organizaciones frente a los abusos de los Estados, pero también de los abusos de poderes mediáticos y las empresas transnacionales” .
El país suramericano pugnó por trasladar la sede de la CIDH de Washington a otra capital, con el argumento de que Estados Unidos no ratificó la Convención Americana de los Derechos Humanos y por la influencia que como país anfitrión pueda ejercer sobre el organismo.