Bogotá. EFE. La liberación oficializada este jueves de 16 miembros de las FARC, los primeros de un grupo de 30 que fueron indultados el 22 de noviembre, supone un paso clave en la construcción de confianza entre el Gobierno colombiano y esa guerrilla, que afrontan la fase decisiva de los diálogos de paz .
De uno y otro lado, la noticia fue exhibida con muestras comedidas de satisfacción y de pruebas de la importancia que ese gesto tiene.
“Este es un primer gesto unilateral del Gobierno luego de evaluar el cumplimiento del cese unilateral (de fuego) por parte de las FARC, la consecuente disminución de la violencia y los avances del proceso” , dijo la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en un comunicado en el que hizo oficial la liberación de los 16 insurgentes.
Los nueve hombres y siete mujeres liberados salieron de las cárceles de La Picota y El Buen Pastor, en Bogotá.
Las FARC iniciaron, el 20 de julio del 2015, un alto el fuego unilateral e indefinido que ha sido casi íntegramente cumplido, según diferentes organismos, y que ha disminuido la intensidad del conflicto armado a mínimos históricos.
Ese paso de las FARC supuso el comienzo de un periodo de construcción de confianza que permitió superar la fase más complicada de las negociaciones de paz que comenzaron hace más de tres años.
Tras su alto el fuego unilateral, las FARC pidieron gestos de confianza de parte del Gobierno, un reclamo que en muchas ocasiones ha girado alrededor de las condiciones de los guerrilleros que permanecen presos.
Sobre ese pivote, la decisión del indulto juega un papel fundamental, especialmente porque tiene reciprocidad en las filas guerrilleras ya que los liberados, todos ellos acusados del delito de rebelión, “tendrán que comprometerse a no regresar a las filas de las FARC y, en esa medida, a contribuir a la construcción de la paz”, según la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Buena parte de esa confianza tiene su respuesta en el hecho de que el Gobierno haya autorizado que cuatro de ellos viajen a La Habana, sede de los diálogos , donde acudirán como “ciudadanos autorizados formalmente” para recibir información del contenido de los acuerdos alcanzados como preparación para su trabajo de pedagogía y difusión de estos.
En el acto público, Carlos Antonio Ochoa y Sandra Patricia Isaza, dos de los liberados, aseguraron en nombre de los 30 indultados que trabajarán “en una primera etapa por socializar los acuerdos de La Habana”.
La guerrilla también pidió liberar a 80 prisioneros de las FARC en grave estado de salud.