Bogotá. EFE. Colombia llora la muerte de 32 niños en un autobús que se incendió el domingo en la localidad de Fundación, al norte del país, mientras las autoridades investigan lo sucedido y se espera que el conductor del vehículo, quien está detenido, rinda declaración.
El bus, en el que viajaba un grupo de niños que habían asistido a un servicio religioso dominical, explotó al mediodía y dejó un saldo de 32 fallecidos por las llamas y al menos 24 menores más con heridas. El vehículo transitaba ilegalmente, confirmaron ayer las autoridades.
“Estoy conmovido y todo el país entero está de luto por la muerte de esos niños en esta tragedia. Siempre recordaremos a esos niños”, dijo el presidente Juan Manuel Santos, que se trasladó a Fundación, tras asistir en Bogotá a los actos de cierre de campaña para los comicios del próximo domingo .
Los equipos de socorro retiraron los cuerpos calcinados de los niños de los restos del bus, y los enviaron al Instituto de Medicina Legal de Barranquilla, capital regional.
Ayer empezó la identificación de los cuerpos por las autoridades forenses, labor que se prevé difícil por el estado de calcinación en el que quedaron los cadáveres.
“Las investigaciones están en marcha”, aseguró Santos, quien además anunció que el Estado se hará cargo de todos los gastos de la atención de los heridos y de los funerales de los fallecidos.
La alcaldesa de Fundación, Luz Stella Durán, anunció un duelo de tres días en la localidad y la prohibición de consumir alcohol.
Los heridos sufren quemaduras de segundo y tercer grados, y muchos aún se encuentran en estado “crítico” en los hospitales de la región, dijo el director local de la Cruz Roja, César Ureña.
“El conductor está detenido, luego de que él mismo se entregó a las autoridades”, dijo un policía de Magdalena, departamento donde se ubica Fundación.
Sin permiso. La Fiscalía confirmó que el detenido no tenía licencia de conducir y que “será vinculado a la investigación” judicial. En las próximas horas deberá rendir declaración ante las autoridades.
La Policía explicó que la entrega del conductor se produjo luego de que se difundió la hipótesis sobre su culpabilidad, que llevó a familiares de las víctimas a atacar su vivienda con piedras.
Las primeras hipótesis del accidente apuntan a una “imprudencia del chofer”, quien, al parecer, manipuló un recipiente de gasolina para intentar encender el vehículo, el cual se había apagado.
La Cruz Roja envió a la zona un equipo de cuatro psicólogos y dos voluntarios especialistas en apoyo psicosocial para atender a los familiares de los fallecidos y heridos.