Río de Janeiro. AFP. La ola de frío que registra esta semana Brasil, con nieve en 131 ciudades y bajas temperaturas históricas, coincidió con la llegada del papa Francisco el lunes y durará hasta el final de la semana.
En Aparecida, 180 kilómetros al este de São Paulo, más de 200.000 fieles se concentraron por largas horas, pese a la temperatura de 7 °C, para acompañar la misa que el Pontífice celebró en el mayor santuario católico de Brasil.
Una llovizna muy fría se mantuvo constante durante todo el servicio religioso. Un cobertor de paraguas se extendió por toda la explanada de la basílica.
El Papa debía viajar de Río a Aparecida en helicóptero, pero tuvo que ir en avión hasta una base cercana al santuario, por problemas climáticos.
São Paulo registró ayer su madrugada más fría desde el 2000, con los termómetros marcando 5,2 °C. Once mil personas que viven en las calles fueron trasladadas a albergues, según la Agencia Brasil.
En algunas ciudades del interior del estado, las temperaturas llegaron a 4 °C y la sensación térmica a 0 °C. En 131 ciudades del sur del país, como Curitiba y Florianópolis, se vio nieve por primera vez en varias décadas.
En Río de Janeiro, el frío llegó a unos 12 °C en la madrugada, lo que obligó a los cariocas, acostumbrados al calor intenso que los lleva a sus playas, a sacar del armario chaquetas, ya polvorientas por la falta de uso.
Está previsto que la ola de frío se mantenga hasta el sábado en varias regiones, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que el Papa preside hasta el domingo, según el Servicio Nacional de Meteorología.
Con la lluvia de los últimos días, el gigantesco terreno en Guaratiba, a 60 km de Río, donde se celebrará la vigilia y misa de clausura del evento católico estaban enlodados.
Francisco espera congregar a más de un millón de fieles en eventos masivos por la JMJ mañana, sábado y domingo. Los fieles ya demostraron que el frío y la lluvia no son un obstáculo para verlo.