Montevideo. AFP. Los exdetenidos de Guantánamo que llegaron el domingo a Uruguay se sienten felices por haber dejado la cárcel donde estuvieron recluidos más de 12 años, quieren aprender español y adaptarse al país suramericano, según dijeron sus abogados.
“Había una gran diferencia entre su voz hace un mes y el domingo”, contó ayer Alka Pradhan, una de las abogadas del sirio Jihad Diyab, uno de los seis excarcelados por Estados Unidos. Diyab se había declarado en huelga de hambre y acudió a la Justicia estadounidense para hacer valer su derecho a no ser alimentado a la fuerza.
Diyab “no está en un buen estado de salud” tras el tratamiento “extremadamente cruel que recibió durante casi 13 años” en el centro de detención estadounidense, indicó Pradhan, quien explicó que “apenas puede caminar, es un discapacitado, utiliza una silla de ruedas la mayor parte del tiempo”.
De todas formas, “mentalmente está bien, se está centrando en recuperar su salud y reunirse con su familia”.
Pradhan explicó que Diyab “está tan agradecido por la oportunidad que [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20141208_0016]]le han dado[[END:INLINEREF]] en Uruguay que confía en que pueda recuperarse lo suficiente (...), aprender rápido español para poder integrarse y mostrar su gratitud a los uruguayos. Y probar que todo lo que se ha dicho erróneamente sobre él y los otros detenidos es falso”.
Los otros liberados son el tunecino Abdul bin-Mohammed Abis Ourgy, de 49 años; el palestino Mohammed Tahanmatan (35) y los también sirios Ahmed Adnan Ahjam (37), Alí Hussain Shaabaan (32) y Omar Mahmoud Faraj (39).
Ramzi Kassem, profesor de leyes en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, representa junto a sus estudiantes del Immigrant & Non-Citizen Rights Clinic a Faraj quien está “muy bien” desde su llegada a Montevideo.
Aspiración común. “Quiere contactarse con su familia y aprender español para poder contribuir a la sociedad uruguaya y mantener a su familia”, dijo Kassem a la AFP.
Aún no sabe si su familia podrá venir al país suramericano, que lo acogió como refugiado. “Ahora considera a Uruguay su país y no tiene intenciones de irse pronto”, dijo el abogado.
Su plan también es aprender español rápidamente para encontrar trabajo.
Apenas llegaron a Montevideo, los excarcelados fueron llevados al Hospital Militar para ser sometidos a controles médicos.
“Todos están bien, especialmente el que estaba haciendo huelga de hambre y que vino en condiciones físicas muy disminuidas, que era la mayor preocupación que teníamos”, expresó el lunes el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
“Creo que han comenzado a comer, así que en muy pocas horas creo que van a salir del hospital militar y se incorporarán a la vida común y corriente”, añadió.
El traslado de presos a Uruguay es el primero desde la cárcel de Guantánamo a un país suramericano y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogió –en el 2012– como refugiados a dos presos uigures, que luego dejaron el territorio.