São Paulo. AFP La dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985 espió a sus vecinos latinoamericanos, incluso a sus guerrillas izquierdistas, y temía un conflicto con Argentina, según documentos militares desclasificados revelados ayer por el diario O Estado de São Paulo.
Según el periódico, los agregados militares y diplomáticos brasileños se encargaron por años de recolectar extensa y minuciosa información sobre los secretos militares y estratégicos de otros países latinoamericanos.
La búsqueda se centró, en particular, en obtener detalles sobre “la estructura general de los ministerios de defensa, su organización y funcionamiento, la composición de cada fuerza armada, los comandos, la fuerza y el equipo de tropas, su distribución y órdenes de movilización” y otros temas estratégicos como el número de defensas antiaéreas e instalaciones subterráneas.
Los documentos indican también que a finales de los años sesenta, el régimen igualmente vigiló los movimientos guerrilleros de izquierda de Bolivia, Colombia y Venezuela por temor a que sus operaciones se extendieran a Brasil .
Posible guerra con Buenos Aires. El diario también señaló que, según los documentos, los militares brasileños se prepararon para un posible conflicto con Argentina, y en ese marco contemplaron una alianza con otros países del Cono Sur, como Uruguay y Paraguay.
La publicación cita transcripciones de las conversaciones de 1978 sostenidas por miembros del alto mando, en las que expresan temor a una guerra con su vecino, no tanto por la fuerza militar de Argentina, sino por la falta de preparación de las tropas brasileñas.
La inteligencia de la dictadura, que mantenía un férreo control sobre la oposición interna y los movimientos sociales, se preocupó por obtener datos sobre los conflictos de sus vecinos y buscó, por ejemplo, conocer con detalle todos los choques entre los rebeldes y las Fuerzas Armadas en esos territorios.
O Estado dijo que, según se desprende de los documentos, Brasil no suministró armas a Bolivia para luchar contra la guerrilla, pero, en cambio, sí proporcionó capacitación de contrainsurgencia a cuatro pilotos bolivianos en el sureño estado brasileño de Río Grande do Sul.
Las revelaciones de O Estado se producen en momentos en que Brasil ha planteado su disconformidad tras las revelaciones, basadas en las filtraciones del prófugo exanalista estadounidense Edward Snowden, de que Washington operaba en Brasilia una de las estaciones de la red mundial creada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para espiar comunicaciones electrónicas en el mundo.
El mes pasado, el diario O Globo informó de que Washington escuchaba a escondidas las conversaciones telefónicas y revisaba correos electrónicos brasileños.
A mediados de julio, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó a la presidenta Dilma Rousseff para darle explicaciones sobre las denuncias de espionaje de su país en Brasil, atribuidas a Edward Snowden.