La Habana
El Gobierno de Colombia y la guerrilla comunista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia cruzaron este lunes fuertes recriminaciones, pero se comprometieron a continuar el proceso de paz, que vive sus mayores tensiones tras un ataque rebelde que dejó 11 militares muertos.
"Lo que las FARC han incumplido es su propia palabra. Su promesa de declarar y mantener un cese de fuego unilateral", dijo el jefe negociador del Gobierno, Humberto De la Calle, al cierre de una ronda de pláticas de paz en La Habana.
Sin embargo agregó: "No vamos a desistir de continuar este camino del diálogo" para alcanzar la paz.
Por su parte, el jefe negociador de las FARC, Iván Márquez, dijo que "hay que persistir en las conversaciones. Estas no pueden romperse por ningún motivo".
Márquez ratificó que "mantenemos entonces el cese unilateral al fuego y a las hostilidades por tiempo indefinido, mientras no seamos objeto de asedio permanente de las tropas".
Pese a que las FARC lamentaron públicamente las muertes de los 11 soldados, sostienen que se trató de una acción defensiva que no implica una violación de su tregua unilateral, que entró en vigor el 20 de diciembre pasado.
"Hay que entender que hay acciones ofensivas que se despliegan en el marco de legítima defensa", afirmó Márquez.
Ese ataque contra un pelotón del Ejército en Cauca (oeste de Colombia), en medio de una tregua unilateral por tiempo indefinido de parte de las FARC , elevó las tensiones a niveles no vistos ni siquiera cuando las negociaciones se interrumpieron en noviembre pasado luego de que los rebeldes capturaran a un general, a quien liberaron dos semanas después.
El ataque llevó a que los enemigos del proceso de paz reiteraran sus demandas al Gobierno para que abandone las negociaciones con la guerrilla, que cuentan con apoyo de la comunidad internacional.
"Se ha fracturado la esperanza. Pero cuando la esperanza se quiebra es el momento de la fe. Toda esta energía nacional desbordante debe ser dirigida a un objetivo: continuar la búsqueda del fin del conflicto", indicó De la Calle.
"El diálogo, pese a todo, a lo que se diga, es el instrumento que puede poner fin a la guerra en forma menos dolorosa, menos prolongada y, sobre todo, más firme y duradera. Poner fin a la guerra es más imperativo ahora que nunca", añadió el jefe negociador.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos ordenó el miércoles pasado, tras el ataque, reanudar los bombardeos aéreos contra las posiciones de las FARC , los que había suspendido el 10 de marzo.
Las partes iniciaron este lunes un receso, pero acordaron retomar las pláticas el 28 de abril para continuar debatiendo el complejo tema de las reparaciones a las víctimas del conflicto armado de medio siglo, el último y más prolongado en América Latina.
Las negociaciones de La Habana comenzaron el 19 de noviembre de 2012 y hasta ahora ambas partes han consensuado tres de los seis puntos de la agenda: reforma rural (mayo de 2013), participación política (noviembre de 2013) y drogas ilícitas (mayo de 2014).
Las dos delegaciones vienen trabajando desde el 7 de marzo en un plan de limpieza de las minas sembradas a lo largo del prolongado conflicto, que han matado y mutilado a miles de colombianos.
El conflicto colombiano ha dejado 220.000 muertos y 5,5 millones de desplazados, según cifras oficiales.