Santiago. AFP y AP. Con un drástico cambio en su gabinete, que incluyó la remoción de ministros clave como los del Interior, Hacienda y Gobierno, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, intenta dar un nuevo aire a su gestión y recuperar la confianza ciudadana.
El ajuste incluyó la sustitución de 9 de los 23 ministros, a 14 meses de que la mandataria iniciara su segunda administración y con un nivel de popularidad que cayó a solo el 29%.
Los movimientos se interpertaron como un paso de Bachelet para moderar reformas y procurar mejores canales de comunicación con sectores con los cuales ha encontrado resistencia, entre ellos las cámaras empresariales.
El miércoles anterior, en un programa de televisión, la gobernante anunció que había solicitado la renuncia a todos los ministros , en momentos en que escándalos de corrupción minaron la confianza en su trabajo y, más ampliamente, en la dirigencia política de Chile.
Retomar el impulso. Al comunicar ayer la recomposición del gabinete, Bachelet dijo que era “tiempo de dar un nuevo impulso a la tarea de Gobierno” y ello implicaba renovar energía y gente.
Los cambios fueron drásticos, pues dejaron por fuera a tres miembros muy cercanos a la presidenta: los ministros del Interior y jefe del gabinete, Rodrigo Peñailillo; de Hacienda, Alberto Arenas, y el secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde.
Otro cargo clave, en Relaciones Exteriores, permaneció en manos de Heraldo Muñoz, ratificado desde la semana pasada.
La mandataria instó a los reemplazantes a honrar “la transparencia y la probidad” que la ciudadanía demanda.
Bachelet se ha visto salpicada por la especulación inmobiliaria de su hijo y su nuera , que le significaron una fuerte pérdida de credibilidad y creciente desconfianza. Se les investiga judicialmente por tráfico de influencias y uso de información privilegiada.
Asimismo, al Gobierno lo perjudicó el hecho de que Peñailillo, antes de asumir el cargo, asesoró a un dirigente político oficialista que recaudó millonarios fondos de la empresa minera SQM, propiedad de un exyerno del dictador Augusto Pinochet.
La Justicia investiga si parte de ese dinero se usó en la campaña electoral de Bachelet del 2013 y en la de candidatos al Congreso.
Otro estilo. Con los cambios en el gabinete, Bachelet también procura colocar ministros más dispuestos a dialogar y negociar.
Así, Jorge Burgos, nuevo titular del Interior, es percibido como más dado al diálogo que Peñailillo, mientras el de Hacienda, Rodrigo Valdés, deberá tender puentes con el empresariado, que reclamó a Arenas falta de diálogo sobre la reforma tributaria que se aprobó en el 2014.
Jorge Mas Figueroa, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, expresó que esperaba que el nuevo gabinete “se caracterice por un mayor diálogo y voluntad de entendimiento con el sector privado” .
Para Mauricio Morales, politólogo de la Universidad Diego Portales, Bacehelet apostó por “un cambio de hoja de ruta (...). No un cambio cosmético sino político”, el cual implicará “una reevaluación en el proceso reformista” .